Epilógo

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Ya pasó un año desde que la ciudad de Belford fue azotada por la invasión. La princesa Eva decidió volverse reina, para ayudar a todo su pueblo a salir adelante y reconstruir su imperio, con la ayuda de Eclipse, de Erick y de los pueblos aliados, quienes no tardaron en extender su mano, hasta las criaturas del bosque ofrecieron su ayuda.



Así, en tan sólo un año de mucho esfuerzo y trabajo a sol y sombra, el castillo se encuentra reconstruido, cada plebeyo y aldeano tiene un techo sobre su cabeza, aspirando a la antigua gloria del reino.



La actual reina Eva ofrecerá un banquete para todo el pueblo, sin vestir una corona, ya que no le parece necesaria, una reina es más de lo que pueden decir sus joyas. Ahora está en su alcoba real, acomodándose el vestido frente al espejo.



-¿Cómo me veo? -le pregunta a Erick.


-Estás hermosa -le responde mirándola de pies a cabeza-. Ese vestido si te queda, hasta me dan ganas de arrancártelo.


-No me arranques nada... hasta que termine la cena -responde, siendo abrazada por él desde atrás, observando la imagen de los dos juntos en el espejo.


-Podríamos hacer algo rápido antes de bajar, mi reina.


-Lo hicimos toda la noche y parte de la mañana, apenas pude dormir, ¿me dejarás descansar algún día?


-Jamás. -Responde él con una sonrisa, para dejar un beso sobre sus delicados labios, y luego mirarla a los ojos, sonriendo al verlos tan brillantes.



Sin embargo, no son el único romance en el castillo, a pocos metros de la habitación de Eva, está la habitación de Eclipse, donde también se forja un romance. Sus sábanas blancas reciben el sudor de su cuerpo, y las paredes del lecho sus gemidos, al sentir como el imponente soldado de rubios cabellos la embiste con fuerza, demostrando así su deseo.



-Clario... -musita Eclipse, acompañada de un pequeño quejido, mientras acaricia su torso marcado, empezando por sus pectorales, para bajar con sus uñas a su rígido abdomen, viendo las cicatrices que tiene por la batalla, pequeño detalle que lo hace más atractivo ante sus ojos-. Nunca me lo habían hecho tan bien -dice en un suspiro, sintiendo que estaba cerca.



Él sólo se mueve contra ella, con ruda intensidad, observando sus gesto de placer y gozo, ardiendo por su tacto y su deseo. La espalda de Eclipse se torna en forma de arco, un suspiro se atora y sus paredes vaginales aprietan el ancho miembro que no para de entrar y salir de ella, para así llegar a su orgasmo. Repleta de placer, apenas logra descansar un segundo, suspirando nuevamente al sentir como el miembro de Clario se agranda y él deja salir cada gota de su semen en su interior.



-Eso fue increíble -musita recostándose sobre su pecho-. No eres como los demás hombres.


-Tu tampoco te asemejas a las demás mujeres -responde, rodeando su cintura, recordando como la odio desde el primer momento en el que la vio, sin imaginar que esos ojos lo cautivarían.


-Debemos vestirnos -dice ella-. El festín comenzará pronto.


-Déjame ayudarte a escoger un vestido, para después quitártelo al regresar.



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⏰ Last updated: Feb 19 ⏰

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El Destello y La SombraWhere stories live. Discover now