Capitulo 3

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Pov...Mati.

Me dolía un poco la cabeza, me había sacudido de manera poco amable, y el burlarse de mí me había dejado bastante dolido.

-Hola mamá.-Hable por teléfono.

-Mi bebé, cómo estás, como te fue hoy.-Suspire.

-Bueno, tuve una pelea y me golpearon un poco.- Quería ser honesto, me había sentido mal después del golpe.

-¿Hablas enserio Matías?.-Bufe.

-Si, hablo enserio mamá.- sentí  lágrimas en los ojos pero las seque, le conté lo que había pasado y ella suspiro profundamente.

-Cariño,  porfavor cuídate mucho, es lo único qué puedo decirte, por favor corazón.

-Los intentaré mamá.-Ella me cerró luego de mimarme un poco, sentía a mi Omega herido, me sentía dolido, ofendido y muy muy enojado y no quería estar solo.

Salí de la habitación y toqué la puerta del cuarto de Enzo.

- ¿Matías?.-Vi la expresión adormilada de Enzo.

-Si, ¿Quién más podría ser?.-Susurre.

-Agustin, el no está, salió hace unas horas y no ha vuelto, ¿Qué haces aquí?.

-Enzo puedo quedarme contigo.-Enzo me miró.

-¿Por?.

-Me siento raro, bueno no yo, mi Omega se siente raro, me siento dolido, enojado.-Suspire.

-Entiendo, vamos a tu habitación, pero dame un momento.-Cerro la puerta y se tardó un rato.- Bien, vamos dejemos está libre por si Agustín decide venir a dormir.-Caminamos a mi cuarto y una vez allí Enzo se acostó en la cama.-Ven.

Me acosté a su lado y el aún que no se me acercó sabía que estaba ahí y eso era suficiente para calmar mis nervios y lograr dormir, aún que el momento en el qué me desperté mi cabeza estaba en su pecho.

Respiré despacio, me alejé de el y me di la vuelta y volví a cerrar los ojos al ver por la ventana oscuro.

Sentí su brazo rodear mi cintura depronto.-No te alejes.-Me tense al sentir su respiración en mi cuello y mi sueño desapareció por un estado de alerta instantáneo, apenas y nos conocíamos y el se pegaba así a mi.-No voy a hacer nada.-Escuche su susurró y mi cabeza hizo "Clik", al ver su mano qué me rodeaba con la pulsera de olor, por eso Enzo no había inundado el cuarto de su aroma, de hecho ahora qué lo pensaba el cuarto solo olía a mi, baje mi mano a su muñeca y levanté un poco la manilla, está tenía una azul por debajo, qué era la que había estado utilizando últimamente y la roja que ahora la cubría era nueva, y su brazo cubierto de costras de lo mucho que se había estado rascando el brazo, decidí dejar qué me abrazará pero ya no pude dormir profundamente, pensando en el por qué Enzo Vogrincic se tomaba ese tipo de bondades conmigo.

Primero me cedió una habitación individual, después me defendió y se culpó por algo qué no tenía la culpa, según lo que habían dicho en la cena también amenazó con golpear a quien me agredió, y ahora la doble manilla a pesar que el odiaba las manillas había neutralizado su olor por completo ,solo por qué le pedí venir conmigo.

En qué momento me volví a quedar dormido es un misterio pero al abrir los ojos por la alarma la posición no había cambiado.

Enzo se movió primero y yo cerré los ojos, quería saber que haría, sentí su brazo deslizarse lentamente fuera de mi cintura y como apagó la alarma de la mesita, se levantó entro al baño y tardo unos segundos.- Matías.-Me nombró y esperé a que me nombrará otra vez.- Matías.

REFLECTORES EN EL HIELO.Where stories live. Discover now