𝐈𝐈𝐈

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Ese super reencuentro familiar, no fue de lo mejor para mi salud mental. Esta, tenia un sistema para ocasiones dolorosas como estas. Huir y olvidar. El último paso es difícil, y más cuando se trata de alguien como un hermano, como Matías.

Matías y yo siempre tuvimos un lazo que nos unía mucho más que el de sangre, éramos mejor amigos, era mi mitad, mi media naranja. Quien me ayudaba y me completaba, con quien pasaba el día entero, y quien estaba siempre para mi. Era el único hombre que no fallaba y en el que confiaba, el hombre de mi vida (después de mi marido). A quien le contaba desde cuando iba al baño hasta cuando comenzaba a gustarme un chaval, por que aunque sabía que era el más protector, me gustaba contarle todo, por qué sabía que él era la persona en la que más podía confiar sin duda alguna, el que no me traicionaría. Pero un día lo hizo, y la luz que desprendía se apagó completamente, por qué no tenía a quien me prendiese.

Después de dos días de caos, estaba yo delante de un ordenador esperando los resultados que decidían si me iba o no me iba, si tenía que vivir a base de mi hobby o cumpliría mi sueño. Estos dos días me los pase en el cuarto y en el trabajo, ya que soy mesera y la universidad me iba a costar un ojo de la cara, y así que algo tenía que hacer más que quedarme en la cama toooodo el día.

Estaba intentando calmarme, respirar por lo menos, aunque creo que se me había olvidado como hacerlo. Era normal tanto nervio? O se debía a lo exigente que era y a lo que significaba un solo numero para mi? Yo ya no sabía, ya no sabía ni pensar, no me cabía nada más en la cabeza.

Nada más acabe de actualizar de nuevo la web de los resultados, recibí la videollamada que estaba esperando, la de mi mejor amiga Anna. Siempre soñamos con este momento, nosotras juntas en su salón, reaccionando a los resultados, y aunque por varias causas no iba a ser posible, sobre todo por la distancia, eso no iba a estropear el momento. Estuvimos riendo intentando calmar los nervios. ¿Solo son unas notas verdad? ¿Unos numeritos sin valor?

-Nerviosa ¿verdad?
Anna, después de Matías, era quien mejor me conocía, quien me leía la mente y quien sabía hacerme reír, por qué después de tanto dolor era difícil, me había vuelto en una emo (solo un poco, no se asusten) o algo parecido, y esa sonrisa que me definía se había perdido. Pero ella seguía sabiendo cómo sacarme una sonrisa, como hacerme feliz, y así mutuamente, por que ella también la paso re mal, y me alegro de entenderla y haberla sabido cuidar, aunque nos separasen unos 541km, nada nos separo en realidad.
-Nerviosa y ansiosa, tú?
-Bueno, igual supongo, aunque a mi me da un poco igual -se rasco la nuca nerviosa- actualiza, ya paso un mi-
No pudo acabar por qué comenzó a gritar y a moverse mucho, tanto que se movió y calló el teléfono.
-Eh boluda, que pasa! Coge el teléfono y contame!
-Ya están! Ya están! Corre!!! -gritó cogiendo el móvil del suelo nerviosa y agitada.
Actualice la web y ahí estaban, mis excelentes notas, pero, bajando y bajando, todo era 14, como a mi me gustaba, como esperaba de mi, hasta que de repente lo vi. Un 13 en literatura.
¿Cómo era eso posible?
Era lo que mejor me sabía, por qué?
Estaba mirándolas y pensando en lo tonta que era, como podía tener un 13, eso no estaba en mis planes, por qué? Por qué!
-Julieta estás ahí? Todo bien? -llevaría unos dos minutos tan embobada que no me di cuenta que me llamaba.
-Sisi, perdón, que tal tus resultados?
-Todo 13, menos dos 12 y un 14, me da de sobra -dijo emocionada- vos?
Ella sabía que para mi eso me mataría, y yo sabía que si estaba triste ella se pondría triste, por que aunque no fuese normal, por qué obvio eran buenas calificaciones, solo ella me entendía, solo ella sabía lo que me dolía ese 13, lo que para mi exigencia significaba, así que puse algo de mi parte para parecer feliz, aunque por dentro, la Julieta exigente estaba defraudada, triste, decepcionada.
-Bien! Todo 14 y un 13. -dije sonriéndole fuerte, e intentando ganar un oscar por mi gran actuación.
-Oh, estás bien segura? No tenes que fingir conmigo, lo sabes no? -puso su tono de, estoy aquí tonta, pero no iba a dejar que su felicidad se acabase por la no existencia de la mía, no me merecía.
-Sisi jajaja, bueno corto que tengo que hacer cosas de la casa. -dije intentando ignorar todo el tema.
-Julieta están muy bien, vas a irte a Barcelona!
-Si jaja. Bueno, chauuu -le dije nerviosa antes de estallar a llanto puro.
-Chau, después hablamos, te quiero boluda
-Y yo gil. - la voz comenzaba a cortarse, y le mande un beso y ella me hizo un corazón con las manos antes de que yo cortara la llamada. Me tiré en la cama y deseé que esta me comiese, pero antes de poder pensar nada otra llamada entro.
Por qué la gente es tan pesada, por que no pueden dejarme hundirme!
-Si? -dije con desgana.
-Se que no queres hablar conmigo, pero un pajarito me chivo que alguien sacó muy buenas notas. -Anna, me lo esperaba y a la vez no, ella sabía que lo necesitaba a él, pero no sabía lo que pasó hace días. Aunque me preguntaba, como lo hizo tan rápido che, o es que ese momento de trágame tierra duro más de lo que yo creía? Nunca sabré la verdad.
-Guay
-Y que, qué sacaste boluda -dijo insistente ese "hermano" pesado que llevaba dentro, que moría de ganas por saber si lo había conseguido, si era realidad.
-Todo 14 menos un 13
Silencio. El sabía lo que me dolía ese 13 (aunque sea el número de la Taylor, entiéndanme gente)
-Estás bien?
-Y a vos que carajo te importa
-Cortala Ju, solo me preocupo por vos
-Bueno, ahora venís a hacer de hermano mayor, tarde no?
-Mira, yo solo llamaba por intentar serlo de nuevo, pero si no queres, es tu decisión. Solo queda decirte una cosa. Estoy orgulloso de vos, sacaste muy buenas calificaciones, deberías darte cuenta.
-Vale gracias. -le respondí cortante, aunque por dentro estaba gritando perdónale perdónale, pero algo me decía que lo que él fardaba era
por pena, y eso se debía a la pérdida de confianza
que tenía con él.
-Y ellos, aunque no te lo digan también lo estarán.
Uf Mati, tema sensible.
-No lo saben así que no lo creo.
Más silencio, calma. No tenía pensado dirigirme a ellos a no ser que fuera algo grave. No se lo merecían, no merecían que una niña que se había portado con ellos como si fueran los mejores padres les perdonara.
-Claro, que tonto fui de pensar que hablabas con ellos, bueno tú ya tenes una edad para decidir y eso es decisión tuya -gracias por respetarme, pero cállate ya- que tal la tía?
Genial, aunque no la veía. Obvio al no tener la mayoría de edad no podía vivir sola, pero lo hacía, ya que mi tía se había mudado con su novio, y aunque me venía a visitar a menudo y me hacía la compra, yo vivía sola, algo que nunca pensé, por qué yo quería vivir con él, no someta en la soledad, pero ahora, era la mejor opción, no tenía a nadie más.
-Está genial. -mentí.
-Pásamela, quiero hablar con ella. -creo que ya se por dónde vas Matias Recalt.
-Em, ahora no está, salió un momento. -mi voz comenzó a temblar de pensar que me cazaría, por qué aunque se que no sería capaz de denunciarme ni nada, si lo era de llevarme con él o algo parecido.
-Pues decile que la llamo en otro momento.
-Díselo tú no te jode. -eso fue un intento de ser yo y que no me cazara, y por qué se lo merecía.
-Es que ya se lo dije cuando fui a visitarla.
Infravaloraba las capacidades de Matías por lo que veo. Me quede en silencio, deseando que ahora si que si, me tragase la tierra.
-Se que vivís sola y que trabajas para pagarte la uni.
-Y que? Vas a hacer algo? -le dije así, como intimídate Mati, a ver si puedes conmigo xulo (spoiler, sí)
-Nos vamos juntos a España.
-Ya te dije Matias, cada uno por su lado. - que cansino fue siempre el chaval, y aunque lo sabía, me estaba cansando basto.
-No, se que cometí errores y que te costara confiar en mi, pero quiero que volvamos a ser lo que éramos.
-Y si yo no quiero? -claro que quería, era lo que más deseaba. Volver a estar con Matías, volver a pasar mil días con el, que fuera la causa de mi sonrisa, y la solución de mi sufrimiento.
-Me da igual, te venís conmigo.
-Vos no mandas sobre mi desde hace mucho ya.
-Me da igual dije, o si no te secuestro. -soltó alguna carcajada. Intento de hacerme reír, fallido.
-Cómico? Dejaste lo de actor para hacerte
payaso? Qué guay Matias.
-Nos vamos a ver en una semana y miramos apartamentos, solo decime, Madrid o Barcelona.
No me quedaba otra, este gil iba enserio, así que me decidí por aquello que mi cerebro quería.
-Madrid.
No podía ir a Barcelona, no me lo merecía, no quería ir a allá, ese sueño se iba al gareto. Siempre fue mi sueño, pero por qué siempre pensé que mis notas serían todo 14, un 13 no merece ir a Barcelona.
-Segura?
-Más que eso.
-Pues mira que coincidencia, que ese era mi destino.
Maldije por lo bajo. Que suerte la mía.
-Puedo cambiar de opción?
-Nop, nos vemos en una semana en tu casa a esta hora, chao.
-Chau Matias.
Y me corto la llamada, como si fuese alguien guay o algo. Lo odio.

Nada más deje el móvil, comencé a llorar a full.
Por las notas.
Por todo lo que removió.
Por lo que paso hace unos días.
Por lo que acababa de pasar.
Por mi pasado.
Por el futuro que me esperaba.
Por mi relación con Matías.
Por lo que era y por lo que es.
Por sentirme mala amiga.
Por el estrés de los exámenes acumulado.
Por la relación con mis padres.
Por todas esas razones, y por las que tenia en mis adentros.

Me la pase llorando hasta caer dormida, deseando que me comiese la cama, que me tragase y no tuviese que seguir sufriendo nunca más.















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¡¡¡¡holaaaa!!!!
espero que este les guste, es más extenso y no me salió del todo mal, aunque si ven algo que no les guste (siempre desde el respeto) díganme enseguida y intentaré cambiarlo. Pero les aviso, hay pilares en esta historia que no van a cambiar, y yo tengo mi manera de escribir.
Espero que les guste, que me comenten
cosas lindas y que voten!!!!










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a tu lado - Enzo VogrincicOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz