Cinco

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Ainhoa

—¿Qué sucede? —San se sentó junto a mí en clase —¿Por qué están separadas? ¿Siguen peleados?

—Sandy no me habla.

—¿Y eso?

—Pregúntale a ella —dije colocándome los audífonos, la verdad no quería pelear ahora, me dolía todo el cuerpo.

Pero ella no lo iba a dejar asi, me quito el auricular y me miro furiosa.

—Bien sabes que hiciste —parecía que quería llorar —llegaste a la casa después de irte a acostar con Mingi, eres la peor de las amigas.

—¿Quieres jugar a eso? —me levante — es solo una maldita verga.

Sali del salón, golpeando con el hombro al causante de eso. Solo me miro un segundo, antes de entender la situación, su cuerpo se movió inmediatamente hacia mí.

—Vayamos a fumar.

Me arrastro fuera del campus, me dio un cigarrillo y sentó en el la acera. Di una calada en cuanto lo encendí.

—Creo que es mejor ya no vernos de nuevo.

—Por tu amiga —vi su tranquilidad y me molesto —esta bien, si es lo que quieres no voy a insistir —se levantó y se sacudió —solo ¿puedo besarte de último?

Se paró frente mío, detesto la diferencia de altura, es demasiado enorme, apenas le llego al pecho, el aroma de su perfume me golpeo sutilmente, se inclino para alcanzar mi boca.

—¿Puedo? —asentí haciendo el cigarrillo aun lado para no quemarlo.

Su boca se pego a la mía y en cuanto comenzamos a mover los labios, me odie tanto, este imbécil besa jodidamente bien, sus labios son perfectos y su lengua es muy hábil, el sabor a menta con tabaco se combino en mi boca. Su enorme mano casi abarca la mitad de mi cintura, por lo que cuando me apretó solté un gemido.

—¿Mi auto? —Solo asentí.

Apagamos los cigarros y corrimos hasta su camioneta, entro al asiento del copiloto haciéndolo hasta atrás, abrió la guantera sacando un preservativo y en lo que yo subía y cerraba la puerta el se lo colocaba solo sacando su enorme miembro. Odie tanto el llevar vaqueros porque me costó quitármelos.

—Te detesto tanto.

Dije mientras bajaba sobre su erección, odio que sea enorme, que lo sepa usar, que esta sensación de hormigueo comience tan rápido cuando mis paredes lo absorben.

Solo es sexo.

Me lo repetía una y otra vez, pero la manera en que me mira mientras me folla me calienta aun más, sus pupilas se dilatan, se muerde los labios al sentirme mover, sus gestos son putamente eróticos, sus gruñidos y su voz...

—Arruíname Ainhoa, deja tu maldita marca en mis pantalones.

Lo bese para que sintiera mi aliento entrecortado al ser atacado por mi orgasmo, lo mancharía, mi esencia estaría en su ropa, marcándolo como si yo fuera un animal, pero la idea de posesividad sobre de él me estaba destruyendo, quería por alguna razón que supieran que yo lo ponía tan mal como para arriesgarse a meterse conmigo en el estacionamiento de la universidad.

—Vuelve a decirme que será la ultima vez —empujo con fuerza antes de correrse.

—Ni de chiste, esto apenas empieza.

En las siguientes clases, la tensión que tenia con Sandy mejoro, ella solo me pidió olvidar el asunto, por lo que me sentí muy aliviada, la verdad detestaba estar molesta con ella.

—Por cierto, ¿Qué llevaras para la fiesta que dan tus padres? —había olvidado esa cosa.

—Nada, no iré, le dije a mi madre que estaría ocupada con cosas de la universidad.

—Pero ya confirmé que si iremos —San casi se ahoga cuando la escucho —le dije que los eventos escolares estaban para después de esa fecha.

—¿Por qué mierda hiciste eso?

—No te enojes, años anteriores si fuimos, no se porque ahora no quieres ir.

—Por que cada año es lo mismo, me usan como carnada para sus conocidos prometiendo un futuro conmigo, como si mi opinión no importara como si solo me hubieran parido para ello.

—No creo que ellos piensen asi, ellos te apoyan mucho.

—¿Te refieres a lo económico? —negué con la cabeza —es lo único que hacen por mí, darme dinero, ve tu si quieres Sandy.

—Por favor, que sea la ultima vez si te sientes incomoda prometo que nos iremos temprano, me gusta ir y comer bocadillos —se me pega al brazo y me hace ojitos —son tus padres después de todo.

—Tal vez si llevas a una pareja, ellos no te hostiguen con eso.

—San, ella nunca haría algo asi, si no tiene novio es por algo, no necesita llevar a nadie para fingir, además tu iras como mi acompañante, no conoce a nadie más.

Mire a Mingi en la otra mesa, una de su grupo no paraba de tocarle el pecho jugando con la cadena que llevaba. Mingi sintió mi mirada y solo sonrió de lado, acercándose a la chica más, en un parpadeo ya estaba frente a su mesa.

—No tengo tu numero —saque un marcador y jale su mano —este es el mío, solo pensare en conservar tu teléfono, si me marcas en los próximos cinco minutos.

Di la media vuelta y apenas había dado dos pasos cuando mi celular sonó.

—Eres buena persuadiendo.

—Lo sé, ¿tendrás algo que hacer este fin de semana?

—Depende.

—Te deberé un favor enorme y lo pagare con intereses.

—Soy todo tuyo.







¿Esperaban celos de parte de Ainhoa?

¿Que planea la amiga en la fiesta? 

Bad Desicions (Mingi, Ateez)Where stories live. Discover now