Seis

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Mingi.

Ella es muy espontanea, es demasiado natural, y me gusta su personalidad sin filtros, desde que me mandaba a la mierda hasta ahora que planea usarme para alejar a los pretendientes que sus padres deseen presentarle, ella no tiene ni puta idea de que lo haría sin pedirle nada a cambio, pero debo de aprovechar la situación.

—¿Qué dices? —toma una uva y la come, mientras está sentada solo con una de mis camisas en mi cama.

—Debes tener más sujetos dispuestos a hacer esto —se encoge de hombros — ¿me equivoco?

—No lo sé, la verdad no me he molestado por indagar con los otros tipos que estuve, tú eres el más decente, además de los que les gusta mis padres, eres su tipo perfecto.

—¿Solo de ellos?

—No comencemos con eso, mira Mingi, si te lo pedi es porque me no me sentiría cómoda con otra persona, ahora tú y yo estamos en una tregua demasiado buena, por eso pensé que me seria más fácil estar contigo —para mí eso es un avance.

—Esta bien lo hare —hizo un baile algo extraño de celebración mientras comía más uvas —pero a cambio, te quedaras a dormir aquí cinco veces.

—¿Qué? No, eso de ninguna manera pide otra cosa.

—Ese es mi precio, sin mencionar que comprare cinco atuendos que usaras para mí, incluyendo el vestido para el día del evento.

—Sabía que tenías algún tipo de enfermedad mental, pero no sabía que tanto.

—Es mi precio, tómalo o déjalo —extendí mi mano.

—Argh —tomo mi mano— bien, pero te advierto que...

La jale hacia mi tomando su rostro para besarla, el platón de uvas se vacío sobre la cama, le comencé a besar el cuello.

—Basta, Mingi basta —su cuerpo se retorcía bajo mis labios —no tenemos más preservativos.

Baje por su abdomen, mi lengua rodeo su ombligo hasta llegar a la piel sensible de su entrepierna.

—Para esto no los necesito.

Metí mi rostro entre sus piernas, apenas di una lamida y todo su cuerpo tembló.

—¡Mierda Mingi!

Pegue mi boca dejando que mi lengua rodeará su clítoris de manera hábil, nuestras miradas se encontraron y el rubor se encendió en sus mejillas, es la primera vez que la noto reaccionar así. Hundí mi lengua y succioné a la par.

Su mano tiro de mi cabello, pero no para retirarme, si no para frotar su dulce coño, con necesidad de más.

—Mingi.

Jadeo una última vez y se corrió presionando mi rostro contra ella, lamí sutilmente hasta levantarme.

—Cerramos el trato entonces, y hoy será la primera noche que te quedes aquí.

—Tendrás que alimentarme.

—Cariño, puedo cubrir todas y cada una de tus necesidades.

Tuve que ir primero a la farmacia estar a solas con ella me haría perder el control muy rápido. Tan rápido como para olvidarnos de usar el preservativo en la bañera.

Ahora duerme de manera tranquila, su respiración es lenta y puedo notar todos sus rasgos.

—Si no me miras de otra manera rápido esta mierda dolerá en verdad.

Solo arrugó un poco su nariz y se removió. Yo caí rendido poco después.

—Mingi, Mingi despierta.

Bad Desicions (Mingi, Ateez)Where stories live. Discover now