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Había sido una semana demasiado agotadora en el trabajo y todavía faltaban muchas cosas más por hacer pero era viernes por la noche, así que no me preocuparía por nada de eso en este momento.
A pesar de que mi plan ideal hubiera sido quedarme en mi cama con palomitas y dulces, decidí que por primera vez sería buena idea salir por un trago al bar de la esquina. No me importó ir sola, al contrario, la idea era tomarme un tiempo para mí.
Estaba sentada en la barra enfrente de donde el barman preparaba todo tipo de bebidas lujosas, miraba la pista de baile con curiosidad de cuáles serían las historias de aquellas parejas que bailaban enamoradamente.
Me giré para pedirle al mesero otra bebida más, sin embargo al momento de volver a dirigir mi mirada a la pista de baile me encontré a un chico parado frente mío: alto, robusto, rubio castaño y bastante atractivo.
― Hola, me llamo Agustín, mucho gusto ― pude ver por primera vez sus radiante sonrisa, que me dejaba ver la belleza que esta le aportaba a su rostro
― Mucho gusto Agustín, soy Thalía ― tomó un poco de su bebida y me extendió su mano contraria, aún con una sonrisa
― Thalía, ¿Te gustaría bailar? ― una bachata comenzó a sonar por todo el lugar, haciendo que todas las parejas bailaran pegaditos al compás de la música
Suspiré ― No sé bailar, lo siento
― Yo tampoco la verdad ― soltó una risa y me fue imposible no contagiarse ― Aprendamos juntos
Lo analicé un poco pero al final terminé accediendo, nos levantamos hacía la pista de baile con su mano entrelazada con la mía. Al llegar justo a la mitad de la multitud nos detuvimos para mirarnos directamente a los ojos, él colocó ambas manos alrededor de mi cintura mientras que las mías viajaron a sus hombros.
― Solo siente la música ― comenzó a hacer ágiles movimientos al ritmo de la música, haciéndome saber que en realidad si sabía bailar
Sus manos se deslizaban en mis caderas con suavidad, mientras que sus pies se movían al ritmo de la música a la perfección. Yo me sentía inutil a su lado pero él me hizo sentir que nos complementamos a la perfección.
La canción terminó eventualmente, así que nos tuvimos que separar pero eso no significó que nuestras miradas dejarán de ser una.
― Creo que si sabías bailar ― el soltó una risa despreocupada y tomó mi cara entre sus manos
― Tal vez pero tu tampoco bailas mal, eh ― ambos compartimos una mirada llena de complicidad a medida que nuestros rostros se iban juntando poco a poco, pero justo cuando estábamos por besarnos él apartó la mirada para dirigirla hacía unos chicos que lo miraban desde el otro lado de la pista
― ¡Agustín, vámonos! ― un chico de rulos agitaba la mano hacía el
― ¡Si no nos vamos ahora Jota nos matará mañana! ― apenas pude distinguir las palabras del chico rubio que también agitaba la mano
El volvió a dirigir su mirada hacía mi pero ahora era una mirada de arrepentimiento ― Me tengo que ir, lo siento
― No te preocupes, espero que nos veamos pronto
― Por supuesto, aquí mismo el siguiente viernes ― asentí con la cabeza y el me guiño el ojo, vi como se alejaba a paso rápido hacía el grupo de chicos que lo acompañaba pero de la nada se paró en seco.
Corrió hacía donde yo estaba y plantó un rápido beso en mis labios ― Nos vemos Thalia ― ni siquiera me dió tiempo de responder, el ya se había ido
Ansiaba demasiado que fuera viernes y eso que hoy todavía era viernes.
