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Hablar de Blas siempre me lleva a un lugar lleno de recuerdos y emociones encontradas. Desde que éramos niños, hemos sido amigos inseparables. Pero para mí, Blas siempre ha sido más que eso. Desde el momento en que lo vi por primera vez en el parque del vecindario, supe que había algo especial en él, algo que me hacía sentir viva de una manera que nunca antes había experimentado.
Durante años, he llevado en silencio el peso de un amor no correspondido, viendo cómo Blas se perdía en el mundo de otras personas, mientras yo seguía aquí, esperando en las sombras, fingiendo estar bien con solo ser su amiga. Pero la verdad es que cada vez que lo veo, cada vez que escucho su risa o que lo veo solo ser el mismo, siento un dolor punzante en el corazón.
Hoy fue uno de esos días. Blas vino a visitarme y me contó sobre Glory, la chica con la que ha estado saliendo. Sus ojos brillaban de emoción mientras me hablaba de su cita juntos y el cómo se habían conectado de inmediato. Y yo, como siempre, sonreí y fingí estar feliz por él, mientras mi corazón se rompía en pedazos.
―¿No es emocionante, Andrea? ― preguntó Blas, su voz llena de entusiasmo genuino.
―Claro que sí, Blas ― respondí con una sonrisa forzada, tratando de mantener mis emociones bajo control.
― Creo que le pediré ser mi novia, en verdad quiero estar con Glory ― esa fue la gota que derramó el vaso para que yo me sintiera totalmente vulnerable
Suspiré tratando de contener el mar de emociones dentro de mi ― Igual creo que deberías hacerlo, te ves muy feliz con ella
Por dentro, estaba gritando. Gritando de frustración, de dolor, de desesperación. ¿Por qué no puedo ser yo quien comparta esos momentos especiales contigo, Blas? ¿Por qué siempre tengo que quedarme en segundo plano, observando cómo tu felicidad crece mientras la mía se desvanece lentamente?
Traté de enterrar mis sentimientos profundos bajo capas de falsa alegría y amistad, pero la verdad es que cada vez que Blas mencionaba el nombre de Glory, sentía un puñal en el corazón, un recordatorio constante de todo lo que nunca podríamos ser.
Después de que Blas se fue, me encontré sola en mi habitación, enfrentándome a la cruel realidad de mi situación. Sé que debo aceptar que Blas ha encontrado su felicidad en Glory, pero ¿cómo puedo dejar de anhelar lo que nunca podré tener?
Así que aquí estoy, atrapada en un torbellino de emociones contradictorias, deseando poder decirle la verdad sobre mis sentimientos, pero temiendo perder su amistad para siempre. Porque aunque el amor que siento por él me consume, la idea de perderlo por completo me aterra aún más.
Después de mi conversación con Blas sobre Glory, sentí que necesitaba desahogarme, y mi hermano: Juani siempre ha sido mi roca en momentos difíciles como este.
Nos sentamos juntos en el sofá de la sala, la luz de la lámpara iluminando nuestros rostros mientras hablábamos en voz baja, como si estuviéramos compartiendo un secreto entre hermanos.
Le conté sobre Blas y Glory, cómo me sentía atrapada en un mar de emociones confusas, Juani solo escuchó en silencio, su expresión comprensiva mientras absorbía cada palabra que salía de mi boca. Cuando terminé de hablar, suspiró suavemente y me miró con ojos llenos de sabiduría.
―Andrea ― comenzó Juani, su voz tranquilizadora, ― sé que esto es difícil para ti. Pero tarde o temprano, tendrás que aceptar que Blas ha encontrado su felicidad en Glory. No puedes aferrarte a algo que simplemente no está destinado a ser
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras escuchaba sus palabras, sabiendo que tenía razón pero sintiendo el dolor de la verdad golpeándome con fuerza.
―Pero Juani ― murmuré, luchando por mantener la compostura, ―es tan difícil. No puedo evitar sentirme así por el
Juani me tomó de la mano con ternura, su mirada llena de compasión. ― Lo sé, Andrea. Pero debes recordar que tu felicidad también es importante. Tal vez sea hora de abrir tu corazón a nuevas posibilidades
Su consejo resonó en mis pensamientos, como una luz en la oscuridad, ofreciendo una pequeña dosis de esperanza en medio de la tormenta emocional que estaba atravesando.
