Capítulo 8.

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Príncipe Zachary.


19 de marzo de 1885.

Mis dedos pasan lentamente sobre mis labios.

Sus manos suaves envolvieron mi cuello, nuestras respiraciones eran erráticas, sus labios carnosos tomaron los míos con facilidad y no opuse objeción alguna ¿y debí hacerlo? No lo creo, ella es mi prometida.

A través de la ventana del carruaje veo las puertas del castillo. Abren la puerta del carruaje y la imagen que me recibe es al príncipe Eliot y al rey Radcliffe.

—Bienvenido. —Eliot inclina su cabeza hacia mi.

Repito su saludo y hago una reverencia hacia el rey.

—Buen día, rey Radcliffe.

—Hola Zachary, ¿cómo estuvo su viaje? —Sus manos se posan frente a mi entrelazadose entre ellas.

—Excelente, no hubo ningún inconveniente.

Me expresa su alegría y me comenta que se retirará puesto que tiene una reunión justo en este momento. Apenas Eliot ve a su padre retirarse me sonríe, hace un movimiento con su cabeza para que lo siga.

—El tren va mucho mejor.

—¿Si?

—Si. —Sonríe—. Ya faltan los pequeños detalles que vienes a conversar con nosotros; por cierto, fui ayer a la estación y el mecanismo es... increíble. —Ante eso último, su expresión se torna inquietante.

—¿Y por qué esa cara?

Se detiene junto a una de las ventanas del castillo.

—Es que...—un pesado suspiro deja salir—, me encontré con muchos ciudadanos que residen cerca de la estación y... admito que no se veían tan alegres de verme, estaban intimidados. —Se queda en silencio por unos efímeros segundos antes de decir—: esperaban ver a Anya en su lugar. Ella es muy querida por ellos y con su partida no ha sido nada fácil. Cuando sales de las puertas de tu castillo para ver al reino ¿Te miran con miedo o con admiración?

Anya tiene un gran poder entre las personas, no tengo idea de que sea, pero los hace sentir seguros con una sonrisa, los hace creer en ella con su voz, ella los hechiza de alguna forma.

—Antes sentía que al hacerlos temer me haría un gran monarca, pero... después de ver a Anya tan abierta con el pueblo, no creo que impartir el miedo sea lo que merecen ellos de nosotros. —Mi silencio solo dura segundos—. Los Westianos, ellos nunca sienten miedo, son cálidos y sonrientes, están seguros con ella, es...

—Es el monarca que ellos merecen—Eliot desvía sus ojos al paisaje.

—Tal vez debas salir más del castillo.

—Puede que así sea... —murmura perdido—. Espera. —Pone su atención en mí—. ¿Desde cuando hablas de mi hermana con tal pasión?

—¿Perdón?

—Ustedes se odiaban, y ahora estoy seguro de que algo sucedió.

—Lamento decepcionarte. —Eliot despliega en su rostro una sonrisa, la misma sonrisa confiada de Anya. Aunque su expresión cambia de forma drástica—. ¿Cómo está ella? No ha respondido mi carta.

—Ella está... bien, el reino la recibió con entusiasmo en el festival de primavera, no paraban de hablar de ella. A mi parecer Anya le agrado el festival y ya se está acostumbrando a Westfell.

Oculto gran parte de información sobre el bosque y ella, no quiero futuros problemas entre reinos y, Anya me debe una explicación sobre el bosque de Westfell.

El bosque de Westfell.Onde histórias criam vida. Descubra agora