Capítulo 30

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"Esto es una mala idea, deberíamos simplemente reconsiderar dónde vamos a pasar este fin de semana" dijo Carina con evidente preocupación en su voz al ver al lugar dónde se suponía, pasarían la noche.

El lugar era hermoso, el lago que estaba a unos metros de distancia brillaba de una manera preciosa cuando los rayos solares chocaban con el agua, la copa de los árboles bailaban junto con el viento y el lugar era lo suficientemente lejano de la civilización para permitir sentir una paz momentánea tan pronto estabas en el lugar.

Pero ese era el problema para Carina, lo lejos de la civilización que estaban, el ver que no tenía a la mano las facilidades que normalmente tiene en casa o en un hotel fue demasiado abrumador y tan pronto llegaron al lugar del camping, Carina quería dar la vuelta o hacer algo completamente diferente, porque de ninguna manera ella iba a sobrevivir una noche allí, definitivamente no.

"Carina, no... No hagas eso acabamos de llegar, por favor bebé, no te predispongas te aseguro que será divertido" pidió Maya suplicante, sabía que esto iba a ser un poco difícil para Carina en un primer momento, pero también sabía que su esposa iba a disfrutar su estadía allí, de eso estaba segura.

"Bambina pero hay muchos mosquitos no quiero llegar a Seattle llena de picaduras" el puchero que hizo Carina fue hermoso, pero no lo suficiente como para convencer a su esposa.

"Es por eso que vine muy bien preparada y te traje repelente, esta en el bolsillo del medio de la maleta roja, puedo ir a buscarlo pero eso retrasaría más la armada de la tienda de dormir" dijo Maya con una sonrisa triunfadora que solo se amplió cuando escuchó a Carina gruñir por lo bajo y la vió alejarse, buscando de hecho, la maleta en  cuestión.

"De acuerdo necesito que me digas qué es lo que vamos a hacer porque, hablo muy en serio cuando digo que estoy reconsiderando mi capacidad de toma de decisiones" dijo Carina acercándose a Maya mientras aplicaba el repelente por todo su cuerpo, hasta en sus orejas, lo cuál hizo que Maya se burlara de ella.

"Amor estoy muy segura que sabes que te puedes intoxicar de aplicarte repelente en exceso" dijo la rubia acercándose a su esposa.

"No me importa Maya, quiero evitar tener ronchas en mi cuerpo y si eso puede significar una posible intoxicación al evitarlo, pues que así sea" el enojo de Carina se estaba comenzando a hacer evidente incluso en su tono de voz, pero Maya podía manejarlo, siempre podía manejarlo.

"Pues yo digo que sería una tristeza si eso sucediera porque... Verás estoy construyendo la fortaleza de su majestad la reina para que pueda dormir tranquila y sin ninguna molestia, además tengo algunas cosas planeadas para nosotras y realmente me gustaría que se cumplan" el tono de voz de Maya bajó dos octavas e hizo que el cuerpo de Carina se estremeciera de solo escucharla, la piel de la italiana se puso de gallina y la rubia no pudo evitar sentirse orgullosa de cómo reaccionaba el cuerpo de su esposa a sus insinuaciones.

"Jmmm ¿Cómo que cosas planeaste, capitana Bishop?" La voz de Carina también salió baja y áspera dejándose llevar por las sensaciones del momento.

"Bueno, tengo planeado una caminata corta pero divertida que sé te va a encantar, tal vez podamos nadar en el lago en la noche si te apetece y para cenar tengo planeados unos deliciosos sloopy joe's que van perfectamente con el lugar, tal vez algunos s'mores y si te comportas bien tal vez seas muy bien recompensada esta noche..." Choques de electricidad recorrieron el cuerpo de Carina tras escuchar las últimas palabras de su esposa, tal vez no iba a ser tan malo venir a acampar después de todo "Pero para que mis planes se puedan cumplir a cabalidad, mi amor, primero debo terminar de armar esta tienda y me va a tomar un buen tiempo sin ayuda..."

"¿En qué te ayudo?" La emoción de Carina hizo sonreir a Maya, definitivamente iban a pasar un buen momento aquí, eso era cierto.

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Gran amor, pequeño secreto.Where stories live. Discover now