Capítulo.13

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A lo lejos, por el río, una gran ola se va formando a medida que acercá al puente, haciendo que los soldados que medianamente corran hacia la orilla. La ola acaba tomando forma de hombre, el Dios del agua. Los Telmarinos que estaban en el puente, se lanzan al río para evitar acabar muertos. El hombre de agua arranca el puente, dónde solamente estaba el Lord, aún montado a caballo.

—¿Que esperas? —Pregunto el Lord, y el Dios del agua, lo devora.

Desaparece la ola, el río vuelve a tomar su curso.

—Soldados Telmarinos, rindanse ya no tienen rey y mucho menos quienes los dirigen acepten su derrota —, decreto Magalie. Los soldados aceptaron la derrota. La gran mayoría de los soldados Telmarinos ya han cruzado al río dejando sus espadas, Lucy guarda su daga feliz. Los tres Pevensie, y los primos cruzan el río. Cuando llegaron, los cinco se arrodillan ante Aslan.

—De pie, Reyes y Reinas de Narnia —dijo Aslan. Los tres reyes de Antaño se ponen de pie para mirar al león menos Caspian y Magalie eran los únicos que no se habían puesto de pie —. Todos ustedes.

—No estoy listo todavía —dijo Caspian mirándolo.

—Y por esa misma razón, se qué lo estás —dijo sabiamente Aslan, al decir eso Caspian se pone de pie.

—Yo solo soy princesa, además no merezco ser reina, soy la hija del ursupador —dice Magalie mirando a Aslan.

—Eres más que eso Magalie, eres la luz de los Narnianos —dijo Aslan de pronto, de escucha una melodía.

Entre Peter y Capasian pasan seis ratones, cargando una pequeña camilla dónde está Reepicheep moribundo. Rápidamente, Lucy se acerca a ellos sacando su pócima, le dió una gota de su poción curativa. Reepicheep despertó.

—Gracias —le dijo a Lucy — ¡Gracias majestad! ¡Oh! —exclama al ver a Aslan —saludos Aslan —, añade haciendo una reverencia, pero se desequilibra, —es un verdadero honor estar en...¡Oh! —Se da cuenta de que le han cortado la cola —. Estoy muy desconcertado —, dijo Reepicheep tapándose. —Le suplico su indigencia por presentarme está forma indecoroso. —Dice mientras retrocede —,quizas una gota más.

—No creó que haga eso —, dice Lucy.

—Podemos intentar —, sugiere Reepicheep, haciendo reír a Aslan.

—Te sienta, muy bien pequeño —, dijo el leon.

—Aún así, gran rey, temo que debo retirarme puesto que me han cortado la gloria y el honor de un ratón —, dijo entregando su espada.

—Tal vez das demasiada importancia a tu honor, pequeño.

—Ah...bueno, no solo es el honor —, dice con nervios —. Ah...ayuda el equilibrio, y...a trepar...y a tomar cosas.

—Con su permiso, gran majestad —, habla otro ratón, desenfundando su espada y poniéndose la en la cola, dispuesto a cortarse la —, nos averguenzaria a exivir el honor a qué se le niegua a nuestro líder. Los otros ratones sacan sus espadas dispuestos a cortarse la cola, mostrando lealtad a su líder, Aslan ríe un poco.

—No por guardar tu dignidad, si no por el amor de tu pueblo —. Después de esas palabras, la cola del ratón vuelve a crecer, alegrándo sé mucho.

—¡Oh! ¡Aquí está otra vez! ¡Gracias mi señor! —agradece Reepicheep alegre —La atesorare como recuerdo de mi gran humildad.

Todos los presentes rien, pero Magalie pierde el equilibrio, Edmund la sostiene, pasa su brazo en la cintura de Magalie.

—Perdon no he descansado, no quería estar reposando mientras salvan a Narnia, pero prometo que llegando al castillo voy a descansar, bueno después de ver a mi mamá.

Las Crónicas De Narnia: Los Primos Telmarinos Où les histoires vivent. Découvrez maintenant