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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 27

Erza se apartó de Naruto al oír aquellas palabras. Tenía la cara un poco desencajada mientras se ponía las manos en el pecho. ¿De verdad le afectaba tanto? ¿Estaba contenta o simplemente confundida de que realmente le gustara? Erza realmente no podía decirlo. Pero sabía lo que el rubio quería decir con esas palabras y que hablaba muy en serio. Otra cuestión era si lo decía de corazón o no.

Naruto no mentía, ¿verdad? No estaba diciendo que le gustaba sólo porque quería algo de ella, ¿verdad? Desde la Torre del Cielo, podía decirse que se habían acercado un poco más. Hablaba y sonreía más con ella que antes. Erza podía decir que lo que sentía en su interior era una mezcla.

No sentía el impulso de abofetearle por haber dicho algo tan descuidadamente. Bueno, no saldría tan bien aunque lo intentara. Pero, ¿cómo iba a saberlo si no lo intentaba? ¿Le devolvería el golpe o lo esquivaría si ella intentara pegarle? ¿Qué efecto tendría si ella acabara golpeándole con éxito sin que él intentara devolverle el golpe?

No podía saberlo si no lo intentaba.

Sin previo aviso, Erza golpeó a Naruto en la cara. El rubio se tambaleó un poco hacia atrás antes de equilibrarse. Parecía sorprendido mientras se masajeaba la nariz. A Erza le sorprendió un poco que no hubiera intentado esquivarlo. Ella había luchado contra él y sabía que, si hablaba en serio, habría esquivado el puñetazo. Entonces, ¿por qué parecía tan sorprendido y por qué no esquivó el puñetazo?

"¿Por qué me has pegado?"

Erza miró fijamente a Naruto durante unos instantes antes de darse la vuelta. Siguió caminando hacia el campamento con Naruto a su lado. Erza miró al rubio: él la miraba directamente, sin centrarse en el estrecho camino que tenía por delante. No parecía enfadado, sólo esperaba pacientemente su respuesta.

Titania cruzó las manos sobre el pecho: se sentía algo aliviada y todos aquellos sentimientos encontrados se habían calmado. Podía hablar con eficacia sin parecer nerviosa. "Pensé que intentarías esquivarlo o bloquearlo", consiguió decir.

Naruto ladeó la cabeza. "Mis manos no son un mecanismo de defensa automático, tú", respondió el rubio.

Bueno, siempre que se tratara de Erza, no podía decir que la reacción fuera mala. Podría haber sido peor. Ella seguía hablándole y de forma tranquila. No parecía que le hubiera pegado porque él le estuviera tirando los tejos. Quizá le estaba tomando en serio. Bueno, no era el niño que jugaba con las chicas y Erza debía de reconocerlo.

Sin embargo, Naruto se sorprendió de sí mismo. No había pensado que diría algo así precisamente ahora y precisamente aquí. En realidad no lo había planeado, pero lo había dicho y tenía que afrontarlo. Si Erza no le hubiera preguntado por qué hacía lo que hacía, probablemente no se lo habría dicho.

"¿Defensa automática?"

Eso le recordó a la defensa de Gaara. Ah, el Jinchuriki de buen carácter que empezó como un monstruo sediento de sangre que mataba a todo el mundo, pero que más tarde se convirtió en un Kazekage de buen corazón. ¿Cómo había empeorado tanto su vida para convertirse en Gaara y olvidar toda la bondad que una vez tuvo? Naruto sacudió la cabeza. Ahora no era el momento de tener esos pensamientos. No le hacían ningún bien.

Naruto  -  La Era de un Dios  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora