🔸TREINTA Y UNO 🔸

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Ha pasado tiempo, ahora mismo mi vientre está más grande de lo normal. Tengo 7 meses y digamos que cargar a dos bebés dentro de mi es demasiado para mí humilde ser. Mi espalda duele, he subido de peso, aunque eso no me molesta realmente, el doctor dice que es normal, así que simplemente dejaré que todo fluya y la naturaleza haga su trabajo.

-Nena, ven aquí, tengo algo para ti- escucho la voz de mi esposo en la planta baja.

-Espera, ahora mismo voy- Esto es desesperante, no tengo la misma agilidad de antes, y eso sí es desesperante. Parece que soy una viejita de 70 años, tardo años en bajar solamente unos cuantos escalones.- listo, he llegado... Solo espera... Se me fue el aire.- digo recargada en la pared.

-Mira lo que te traje nena, tu antojo favorito. - levanta una bolsa con un vaso de un litro de fresas con crema.

-¡Ayy! ¡Te amo! ¡Mil gracias amor!

-Lo que sea por mis personas favoritas, ven aquí- me toma de la cintura y cuando pienso que me dará un beso, el se agacha y le da un beso a mi vientre. - lo mejor para estos pequeños bichos. 

De la nada comienzo a sentir como los bebés comienzan a moverse al escuchar la voz de su padre. Y uno de ellos se encajo en mi costilla. 

-Ouch, ouch... Se encajo en mi costilla.

-Ey, niños no lastimen a su madre...

-Creo que, solo te hacen caso a ti, durante la mañana se mueven demasiado y no me hacen caso-hago un puchero- solo falte que se parezcan a ti.

-No lo dudaría, serían muy guapos realmente.- lo miro de mala gana- aunque si se parecen a ti no serían feos, serían igual de lindos como tú.

-Mas te vale, o meteré una queja, pasar nueve meses en embarazo no es cualquier cosa.

-Por eso mismo te compro todo lo que tú quieras y te daré todo el amor posible. Ahora vamos a comer estas ricas fresas, claro no más ricas que tú.- me guiña el ojo.

-Bobo- suelto una risa.

Nos dedicamos a ver películas, mientras comíamos durante toda la tarde. Cinco no dejaba de tocar mi vientre y darle besos. Es muy lindo como, solamente con nosotros era así de cariñoso.

-Eso es prácticamente imposible, no puedo creer que haya este tipo de cine.

-¡Ey! A mí me gusta - me quedo dándole un pequeño codazo.

-Nena, no es posible que los muertos se vuelvan zombies.

-Lo dice quién tiene poderes y detuvo un apocalipsis causado por su hermana.

-Eso es muy diferente...

-¡Claro que no! Si alguien antes de ti me ubiera dicho que hay personas con super poderes, diría que es igual de imposible como los zombies.

-No es lo mismo, y punto final

-Necio-tomo un poco de crema de las fresas y le ensucio la nariz. El hizo exactamente lo mismo y comenzamos a ensuciarnos. Reíamos y comenzamos a jugar, el tomo mis manos y me besó.

MI PROFESOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora