Fin

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8 años después.

La japonesa se encontraba en el jardín de su nuevo hogar en Osaka, luego de tantos años que para ella pasaron volando, finalmente tenía su hogar y lo compartía con quién más amaba en la vida: Dahyun.

Lo que empezó siendo un amor imposible terminó en algo tan hermoso que no se imaginó tener jamás, como ella nunca experimentó lo que era tener una familia, por primera vez, la vida le estaba regalando una y al lado de la persona más hermosa que pudo habersela enviado Dios.

Su fé seguía en pie, aún a pesar de los años y la mala experiencia que le daba la gente cada vez que se enteraban que ella tenía una relación con una mujer. Aunque los tiempos cambiaron, y ahora vivían en la gran ciudad, su relación era casi común, las relaciones entre mismos sexos en la actualidad eran algo normalizado, aunque si bien no del todo, tenía su avance la historia.

Aquella tarde estaba esperando que Dahyun volviera de trabajar mientras arreglaba sus plantas, la menor había conseguido un trabajo de medio tiempo con los que daba unos ingresos más a su hogar aparte de los ahorros que ya tenían, trabajaba en un local de música, se encargaba de dar algunas clases particulares de piano así como también de vender instrumentos, disfrutaba de su trabajo al máximo, ya que siempre se sintió aferrada al arte, por lo que no le generaba ningún tipo de estrés el estar en aquel local la mitad de su tiempo.

Desde que se escapó con Sana y se fueron a vivir juntas a Osaka, no supo más de su familia, como si hubiera cortado lazos con ellos definitivamente luego de la pequeña charla que tuvo con su mamá, entendió que ya no encajaba ahí y ahora todo su futuro dependía de ella, como ahora, que se encontraba viviendo junto al amor de su vida y con tu trabajo que amaba hacer.

Esa tarde en particular había pocos clientes, y cuando se decidió a finalmente cerrar para poder volver a su casa a pasar tiempo con su amada novia, la campana de entrada sonó, avisando la entrada de un cliente, la pelinegra levantó la mirada y se encontró con dos niñas, una de alrededor de 6 años y la otra un poco mayor que asumió que estaba pisando la preadolescencia.

—Buenas tardes. —Saludó la mayor de ellas, Dahyun les sonrió con ternura.

—Buenas tardes, ¿En qué les puedo ayudar?. —Preguntó, las miro mejor y notaba cierta familiaridad en sus rostros.

—Quisiera un ukelele para mi hermanita. —Pidió la mayor, Dahyun asintió y salió del mostrador para buscar los ukeleles.

—¿De qué color te gustaría?. —Les preguntó mientras, escuchó como la menor le susurraba a la mayor los colores que prefería.

—Uhm, negro.. —Dijo insegura la mayor. —Pero Hyejoo, mamá se enojara si llevas un color oscuro, ¿Por qué no un... amarillo, rosa?

—Negro. —Sentenció la menor entre murmullos, ante la lucha, Dahyun río y les mostró todos los colores disponibles para que ambas pudieran elegir. La menor, por supuesto, fue hacia el negro. —¡Este!

—Dios. —Se quejó la mayor. —Bien.. ese, por favor. —Pidió, Dahyun asintió, y les dijo el precio. —Uh, no tengo suficiente dinero, Hyejoo, ve con mamá al auto y pídele que venga. —Le dijo a la menor, la cual asintió y salió rápidamente del local. —Lo siento. —Dijo haciendo una pequeña reverencia.

—No te preocupes. —Le dijo Dahyun con una sonrisa suave. —Mientras, guardaré estas.

—¡Gracias!. —Dijo la adolescente, al segundo la campana volvió a sonar y cuando Dahyun se dió vuelta, se llevó una gran sorpresa, amplio los ojos y sonrió felizmente.

—¡Dahyun! Tanto tiempo. —Saludó alegremente Mina cuando la reconoció.

—No puedo creer que seas tú. —Rió la menor acercándose, Mina la abrazó y ambas rieron.

—¿Qué haces aquí? ¿Abandonaste el convento?. —Dahyun asintió.

—Hace muchos años, casi al mismo tiempo que tú. —Le contó, Mina se cubrió la boca sorprendida.

—¿De verdad? es un gusto verte de nuevo. —Mina seguía en shock. —Ellas son mis hijas, lo siento, Heejin y Hyejoo.

—¡Con razón sus rostros se me hacían familiares!, ambas se parecen a ti. —Dijo mirándolas otra vez, las niñas estaban distraídas con otros instrumentos. —Son hermosas.

—Gracias. —Exclamó. —¿Tú viniste sola hasta aquí?. —Dahyun negó.

—Vine con Sana. —Contó, Mina se llevó una gran sorpresa y no pudo disimular su rostro.

—¡Lo sabía!. —Soltó una carcajada. —Con razón Sana insistió tanto en cambiar retiros, ahora lo entiendo. —Dijo riendo, contagiando a Dahyun. —Ustedes dos eran parte del clan de lesbianas que se desató en el convento, increíble, no me lo esperaba de ti. —Dahyun frunció el ceño. —De Sana si, era obvio, se le notaba. —Se justificó.

—Bueno, si, es verdad. —Aceptó la menor. —¿Y tú con quién estás aquí?

—Chaeyoung, es la madre también de ellas, formamos una pequeña familia. —Contó con ilusión en sus ojos. —Cuando cambiamos de retiros con Sana, en Takayama, la conocí y desde allí, todo cambió.

—Que hermoso, Mina, estoy muy feliz por ti. —Admitió.

—Podemos reunirnos con Sana si quieres, estaremos aquí un tiempo. —Contó. —Sana ya conoce a Heejin y Chaeyoung, ambas se alegrarán de verla.

—Me parece genial, ¿Quieres dejarme tu número?. —Ambas intercambiaron sus contactos y Dahyun decidió invitarla. —¿Qué te parece ésta noche?

—Estaría bien, le diré a Chaeyoung y hablamos. —Aceptó alegremente.

Luego de aquel encuentro cada una siguió por su lado, Dahyun volvió a su hogar y le contó todo lo sucedido a Sana, quien se puso demasiado feliz y ansiosa porque Mina y Chaeyoung visitaran su hogar esa noche.

La cena llegó rápido, y el reencuentro fue muy emotivo, incluso Heejin reconoció a la rubia, a pesar de los largos años que pasaron entre ellas, Sana las abrazo tan fuerte que parecía que no las iba a soltar más.

—¡No puedo creer que estén aquí! Dios, mira, amor, Hyejoo es idéntica a ambas ¿Cómo lo hicieron?. —La niña miró extrañada a la mayor y Chaeyoung soltó una carcajada.

—Dios, Sana, no cambiaste nada. —Dijo Mina entre risas.

—Hicimos un método hormonal, es un método "ropa", una innovación de la tecnología que por lo que veo salió más a favor de Mina, pero bueno, tiene mi toque también. —Resumió Chaeyoung ante la pregunta de la rubia, Mina giró los ojos.

—No es mi culpa que tus genes sean más débiles que los míos. —Se encogió de hombros. —Hagamos otro y probemos si sale igual a ti.

—Gracias, me conformo con Heejin. —Dijo Chaeyoung horrorizada, tener dos hijos ya fue suficiente para ella, las cuatro rieron.

—Yo también quiero. —Dijo Sana con un leve puchero hacia Dahyun, la pelinegra fingió demencia mirando hacia otro lado soltando otra ola de carcajadas.

—Lo pensaré. —Dijo Dahyun abrazando a su novia y besando su frente.

La velada fue hermosa para las cuatro, un reencuentro que fue impensablemente necesario, luego de aquel primer encuentro, se volvieron aún más cercanas y Sana, quién durante toda su vida se sintió en completa soledad, ahora tenía a su lado todo lo que siempre deseó.

Tenía amigas, a su novia, un techo, salud y felicidad.

¿Qué más se podría pedir?



GUE tuve un error de tipeo y se me perdio un capitulo, pense que eran 5 pero eran SEIS y uno me quedo mal acomodado, perdon a esas tres personas que empezaron a leer, lo elimine y lo volvi a subir jahajhsja ahora si, son las dos de la mañana y me voy a dormir arios, disfruten :D

Nun / Parte; Saida. EpílogoWhere stories live. Discover now