CAPÍTULO VIII

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**Una disculpita por la tardanza, me he estado volviendo loca estos días

Lo primero que hizo Nico a la mañana siguiente fue ver a Bianca, ella no estaba en su habitación, pero podía escuchar sus risitas llenas de deleite saliendo de la cocina.

Cuando entró a la cocina pudo ver a William haciendo panqueques, con Bianca como su pequeña ayudante y la cara manchada de harina, era una escena bastante doméstica y Nico iba a culpar a lo que había pasado en la madrugada, solo eran los restos de eso, pero ver esa escena tan común le hizo sentir como si su estómago estuviera burbujeando, era desconcertante.

Cuando Bianca se dio cuenta de su presencia exclamó —¡Estamos cocinando!

Nico se rió, sintiéndose más liviano que en días —¿Me vas a invitar?

Bianca asintió entusiasmada —Te voy a dar dos. Los hice yo.

La niña procedió a señalar unos panqueques que se veían bastante deformes y tal vez un poco quemados. No pudo evitarlo, miró a William.

Él inmediatamente se dio cuenta de su mirada, pues estaba haciendo lo mismo —Ella vació la mezcla, yo solo los volteé cuando me dijo.

—¿Te gustan? —preguntó la niña con algo de ansiedad.

—Sí, son los mejores panqueques que he visto en la vida —dijo Nico son sinceridad, porque ¿qué podía ser mejor que unos panqueques preparados por su hija?

La sonrisa que William le dio fue bastante suave, como si Nico le hubiera bajado la luna, lo hizo sentir un poco incómodo, pero no pensaba decir nada Agarró a Bianca y la abrazó por lo que pareció una eternidad, y al mismo tiempo solo un segundo, la niña chilló encantada.

El desayuno fue bastante tranquilo con Bianca haciendo un montón de preguntas —como siempre—, pero esta vez las preguntas también se dirigieron a Nico con entusiasmo, y él las contestó de la misma manera.

Un poco después de eso se dio cuenta que él y William necesitaban hablar como dos adultos civilizados, y aún más importante, como dos adultos a los que les preocupaba su hija. Nico seguía negando cualquier cosa que tuviera que ver con William siendo su esposo —incluso la palabra se sentía extraña—, pero su incomodidad no era tan importante como el bienestar de su hija, y al menos en eso ambos estaban de acuerdo.

Resulta que pudieron llegar a un acuerdo. Nico le dijo a William que no le parecía no tener ni voz ni voto en las decisiones sobre Bianca, al menos admitió que tenía cierta razón, así como Nico pudo admitir que William estaba siendo razonable en cuanto a tener miedo a que lastimara a Bianca.

Así que hicieron una especie de acuerdo para que ambos pudieran sentirse un poco más seguros, ya que Bianca tenía que regresar a la escuela, William la iría a dejar (a veces) y para que se sintiera un poco más cómodo y por seguridad —ya que Nico se podía perder bastante aun en el sitio donde vivían—, Rachel o Reyna pasarían por la niña y la dejaría en casa para que Nico la cuidara —por lo menos hasta que ambos se sintieran seguros por la situación—, de todas maneras ellas parecían encantadas con la perspectiva de estar más tiempo con Bianca.

Parecía bastante sensato, era un arreglo temporal y ambos lo sabían, porque al final de cuentas antes o después necesitaban tomar decisiones a largo plazo, aunque por el momento se iban a conformar con esto.

Así fue como antes de que se diera cuenta, el primer día de William de regreso al trabajo estaba llegando.

Nico estaba bastante dormido cuando escuchó el golpe en su puerta, gimió de frustración, pero en realidad no era tan temprano, abrió la puerta con una expresión asesina y con ganas de matar a William, bueno, pasaron a segundo término cuando miró al hombre parado frente a su puerta.

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