"¿Juntos o no?" Es la gran pregunta de todos.
Después de tres años Cora aceptó su destino, hizo que lo debía hacer para proteger a los suyos, pero, llegaría nuevamente su tormento a querer protegerla a ella de si misma.
Esa misma noche cenaron juntos, como la supuesta familia qué eran, Cora se puso un vestido dorado, a Antoni le fascinaba ese color.
—Te ves impecable, principessa.
Ella le sonrió, tomó la mano de su marido y bajaron juntos.
—¡Cora! —su melliza se le lanzó encima— Estás tan… cambiada.
Cora abrazó a sus hermanas evitando las lágrimas, Rachel le contó qué estaba embarazada de Stefan, tenía tan solo dos meses, Cora no pudo evitar sentir envidia de su felicidad, pero dijo que ella también era muy feliz.
—Hija. —Luciana la abrazó con fuerza
Se sentaron a comer, los demás Mascherano llegaron y los James se tensaron, ellos no querían a unos mafiosos como familia.
—Él es Damon. —lo presentó Cora
El niño le apretó la mano a Cora al sentir la mirada de todos sobre él.
Los platos llegaron, Rick y Luciana no probaron bocado y Cora los miraba fijamente.
—¿No es de su agrado la cena? —les preguntó Antoni
—Estoy acostumbrado a tener comida con dinero bien ganado.
—Papá. —le dijo Cora— No hagas esto.
Rick se detuvo solo por su hija, pero aún así miró con mala cara a Antoni.
Terminaron de cenar y cada quién fue a su respectiva habitación.
—Mañana partiremos a Francia. —le dijo Antoni quitándose la corbata
—Bien.
Él le besó el cuello, ella se desnudó para él, se recostó en la cama y Antoni la penetró, ella solo observó aquello ojos, sentía placer, si, pero sentía más las ganas de matarlo.
Se acostaron en la cama y Antoni fue el primero en dormirse, ella de levantó tomando su bata, anduvo en el pasillo hasta llegar a la otra habitación.
—Te estaba esperando. —le dijo el italiano
Ella fue quién lo besó, él le apretó el culo y disfrutó cada centímetro con el cuerpo que soñaba todas las noches.
—No sabes lo difícil que es verte con él.
—Cállate y fóllame, Philliphe.
Él la empujó contra la cama, la acostó y subió su pierna al hombro, ella se tocó los senos mostrándose complacida, él se hundió en ella soltando toda su energía.
Follaron como era costumbre, nadie sabía, nadie sospechaba, solo ellos dos eran quienes se comían con las miradas.
No se amaban, se deseaban cosas que eran distintas, Cora no tenía tiempo para amor, tenía claro su propósito, antes ella decía que no quería morir, ahora no le importaba hacerlo con tal de matar a los Mascherano.
(…)
Ya estaban en Francia, Antoni estaba ocupado junto a Damon, por lo tanto Cora se tomó el día libre.
Llegaron al hotel en el que ella se quedaría esa noche, solo sería ella y su soledad… o eso creía.
—Señora, es hora de cenar. —le dijo Ali Mahala, quién la respaldaba
—Bien.
Bajaron a cenar, Cora se sentó sola con los escoltas en otras mesas, tomó su teléfono y vio un mensaje nuevo.
“Te ves bien así”
Levantó la vista mirando a su alrededor.
—¿Está todo bien? —le preguntó Ali
—Sí. Voy a fuera a tomar aire, necesito que vayan con Philliphe que me mandará un recado importante, aquí estaré segura.
A ella no le gustaba que la tomaran por sorpresa, así que si hacía algo lo hacía con precaución.
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