Anhelo. "¿Juntos O No?" #3 (EN PAUSA)

5

Al siguiente día me levanté, anoche me había bebido tres botellas de vino y la resaca me estaba sepultando.

—Buenos días. —me dijo Ali

—¿Dónde está mi marido?

—Me pidió que la llevara con él en unas horas.

—Dile que no voy a poder, tengo cosas que hacer.

—Sí, señora.

Salgo hacia el restaurante, me encuentro con Rachel y me siento junto a ella.

—¿Cómo fue que Christopher murió?

—¿De que hablas? —ella se mostró alterada ante el tema de conversación

—Te pregunté algo así que responde.

—Antoni lo asesinó cuando iban llegando a rescatarte. —me dijo tensa

—¿Quién más murió?

—Patrick.

Mi corazón dio un vuelco.

—¿Dónde está la élite?

—Arrastrándose por el maldito ejército de paz.

Se sentaron frente a nosotros, reconocí la mirada gris y llena de rabia al instante, me despedí de Rachel y emprendí caminó hacia mi hotel nuevamente.

—¿Ahora vas a fingir que no me conoces?

—Cuidado que te vuelan la cabeza por hablarle así a la Dama de la Mafia.

Me tomó del brazo con brusquedad.

—¡Deja de presumir un título que no te corresponde!

—Me corresponde desde que me casé con Antoni Mascherano.

—Ya arruiné tu matrimonio con Frederick, si tengo que hacerlo con Antoni lo haré.

—Sigue jugando que te vas a salir haciendo matar. —le dije dándole la espalda

—Ni siquiera te importó que Antoni supuestamente me asesinara yo-

—¿Y que? ¿A ti te importó arruinarme tantos años?

—¡Supera eso! Nuestros problemas son más graves y si nos unimos- —lo abofetee con rabia

—Deja de tratar de llevarme contigo porque no lo haré, supéralo tú y entiende mi maldito rango.

Tomó mi mano y me pegó a él desencadenando una ola de electricidad.

—Entonces no esperes que vuelva por ti cuando asesiné a Antoni y te quedes sin rango y sin nada.

—Ese es mi objetivo desde hace muchos años, lo tengo más fácil yo que amanezco con él todos los días, Christopher. —dije mirando sus labios

Apretó mi mano y cerró los ojos, quise y anhelé besarlo, pero no puedo permitir que me distraiga de mi objetivo.

Me aparté de él caminando hacia el hotel, me encerré en mi habitación y abrí la botella de vino.

Ali entró y ni siquiera lo miré, bostecé y me senté.

—El señor ha aplazado la cena para esta noche. —me dijo— Le ha mandado esto.

Me entregó el vestido esmeralda, asentí y el se fue.

Me miré al espejo, toqué la jadeíta en mi cuello y cerré los ojos, re busqué en mi cajón y encontré el anillo… le di un beso y me fui a dar una ducha.