Un nuevo año escolar comenzó con su habitual mezcla de emociones, pero este año fue diferente. Todo empezó con un encuentro casual en el pasillo con una chica de tu mismo grado, Gwen Stacy. En ese momento, no tenías ni idea de que ese encuentro efím...
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POV GWEN:
Después del vórtice desorientador de colores y energía, me encontré en un mundo que se parecía a Nueva York, pero que claramente era diferente. El horizonte tenía un toque futurista, y en el ambiente se percibía una mezcla de familiaridad y extrañeza. Rápidamente me di cuenta de que ya no estaba en mi propio universo, el que había dejado atrás mientras perseguía a ese villano.
La conmoción inicial de la situación se disipó mientras intentaba procesar lo sucedido. De alguna manera, había cruzado a otro universo, un mundo paralelo donde todo lo que conocía estaba ligeramente distorsionado. El pánico y la confusión amenazaban con abrumarme, pero había enfrentado suficientes situaciones extrañas en mi vida como Spider-Woman como para saber que necesitaba mantener la cabeza fría.
Mi prioridad era averiguar cómo regresar a mi propio universo. Sin embargo, al empezar a explorar esta nueva versión de Nueva York, me di cuenta de que no podía simplemente desandar mis pasos. La tecnología, las personas, e incluso los villanos eran diferentes. Navegar por este mundo era como moverse en un lugar que era simultáneamente familiar y alienígena.
Mi intuición me dijo que debía dirigirme a la Academia de Visiones de Brooklyn.
Las horas se convirtieron en días mientras intentábamos entender la dinámica de este universo y encontrar un camino de regreso. Durante ese tiempo, descubrí que no era la única que lo había cruzado. Había otros como yo, diferentes versiones de Spider-Man de varios universos, todos tratando de encontrar el camino de vuelta a casa. Cada uno con sus propias historias, habilidades y desafíos, pero todos unidos por un objetivo común.
Mis interacciones con los otros me acercaron a una solución para regresar a mi propio universo. Sin embargo, el proceso era arriesgado, impredecible y no había garantía de éxito. Me enfrenté a nuevos villanos, navegué por paisajes desconocidos y formé alianzas inesperadas. Cada día era una nueva aventura, llena de peligros y descubrimientos. Los otros Spider-Man me enseñaron a usar mis habilidades de maneras que nunca había imaginado. Aprendí tácticas de combate avanzadas, estrategias para enfrentar a enemigos superiores y, lo más importante, a confiar en los demás.
Había momentos de desesperación en los que pensaba que nunca encontraríamos el camino de regreso. Pero siempre había alguien allí para levantarme, para recordarme que no estaba solo en esta lucha. Gwen Stacy, con su aguda inteligencia y habilidades acrobáticas, se convirtió en una amiga cercana. Peter B. Parker, a pesar de su apariencia despreocupada, tenía una sabiduría que provenía de años de experiencia. Incluso Spider-Ham, con su humor irreverente, encontraba maneras de hacerme reír y mantener la moral alta en los momentos más oscuros.
A pesar de todo, T/n permanecía en mis pensamientos. No podía evitar preguntarme cómo le iba, cómo estaba lidiando con mi desaparición. Esperaba que algún día lo entendiera, que supiera que no la había abandonado voluntariamente. Cada noche, antes de dormir, pensaba en ella, en su risa, en su manera de ver el mundo. Estos recuerdos me daban fuerzas para seguir adelante, para enfrentar los desafíos que se presentaban cada día.
