Rayan Haitani: Un Adolescente en Apuros

HS. Capítulo 4.

— Y bueno ¿Qué sucede? — preguntó Ran saliendo a la terraza donde se encontraba Ayaka sentada. 

— Estoy empezando a dudar un poco de mi decisión. 

— ¿La de no decirle a Rindou? — El mayor se sentó al lado de la chica y la vio asentir con desgano, así que empezó a acariciar su cabeza mientras pensaba qué decir. — Es tu padre después de todo y aunque sé que has tenido una buena vida con Souta y Nahoya, saber que él está por ahí, tan cerca tuyo y no sabe nada de tu existencia, no debe ser algo sencillo de sobrellevar... Puedes decírselo si quieres, puedes pedirme que se lo diga si eso te hace sentir más segura. Te apoyaré en lo que sea que elijas y te prometo que sin importar como reaccione, seguirás siendo mi sobrina consentida, aunque él sea mi adorado esposo. 

Ayaka no sabía cómo lo hacía, pero Ran siempre lograba hacerla sentir segura y tranquila, donde ella solo veía catástrofe, él veía esperanza y daba fuerza en cada situación que ella presentaba, apenas hacía poco menos de un año que ese hombre había entrado a su vida, pero ya era el mejor tío que pudiera haber deseado jamás. 

Estando allí sentados, continuaron hablando mientras planeaban cuál sería la mejor forma de contárselo a Rin, sobretodo porque querían evitar que este confrontara a Souta por no haberlo contado, pues en principio sus intenciones fueron bastante nobles. El Haitani mayor indago respecto a si se había vuelto a tocar el tema de la paternidad de Rindou en su casa después del incidente con Rayan, pero aparentemente Souta se había cerrado completamente a cualquier conversación de ese tipo, era consciente de que su hija ya sabía sobre su origen, aún así se negaba a hablar al respecto, por eso las únicas personas con quienes podía desahogarse acerca de ello eran sus tíos Nahoya y el mismo Ran. 

— ¿Se lo dirás también a Rayan? — preguntó tras hacer todos los planes respecto ala revelación. 

— No lo sé, supongo que tendrá que darse cuenta, pero no sé cómo explicarle porque no se lo he dicho en todo este tiempo... Además no quiero que se enoje con Rindou y creo que por alguna tonta razón lo hará. 

— Eso puede ser cierto, pero no puedes simplemente excluirlo de eso información tan importante, arreglaré todo para que se vean una vez hables con Rin, estoy seguro que necesitarás una buena compañía de tu mejor amigo después de eso, así puedes salir de ambas cosas el mismo día ¿te parece?

— Te tomas muchas molestias para ayudarme, tío Ran.

— No es molestia si se trata de ayudar a la familia, princesa.

Ran dejo que la joven se quedara en la azotea pensando, mientras él comenzaba a preparar todo para el gran día ese fin de semana.

Unas horas después Ayaka estaba con su mejor amigo en el gimnasio y decidió que esperar hasta el sábado era demasiado, tenía que hablarlo, pues él; la persona que siempre estaba para ella, la protegía y la apoyaba en todo, no podía ser el último en enterarse de que en realidad eran hermanos.

Tras un entrenamiento en el cual no hizo mucho, la peliazul se acercó a Rayan y le pidió que al cambiarse saliera con ella un rato. En realidad el rubio tenía cosas que hacer aquella tarde, pero la preocupación en el rostro de la chica le hizo saber que por nada en el mundo podía negarse.

— Espérame en la puerta — dijo el chico mientras acariciaba la cabeza de Aya — saldré en un momento y tomaremos algo aquí enfrente.

Ayaka salió y aunque el rubio tardó bastante poco, fue tiempo más que suficiente para que se replanteara lo que iba a decir, estaba nerviosa y dudaba sobremanera acerca del resultado de aquella conversación.

— Vamos. — dijo el rubio llegando por la espalda de la joven y apoyándose en su hombro.

Caminaron hasta el otro lado de la calle, a un café,  donde se sentaron en una terracita. Rayan no tenía idea lo que la joven diría y por alguna razón su cabeza seguía saltando a la posibilidad de que tuviera algo que ver con el odioso peliblanco que lo había presentado hace pocas semanas, de hecho le sorprendía que hoy no hubieran entrenado juntos, se estaba enojando solo y estaba preparado para golpearlo si era su culpa que la joven Ayaka se encontrara así de preocupada.