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Aquel bochorno había comenzado sobre las siete de la tarde. Capaz Zoe se había apresurado demasiado, tal vez estaba demasiado alterada como para darse cuenta de que estaba enviando aquella foto a la persona equivocada. Cualquiera sea el motivo, ni siquiera se había dado cuenta de que esta misma no había sido enviada a la persona correcta, sino a su compañero de cuarto, Agustín.
Eran alrededor de las 7:15 cuando su frustración sexual se apoderó de ella, preguntándose por qué diablos la otra persona tardaba tanto en responderle. De repente, su teléfono suena cuando lo toma, solo para que su decepción llegue rápidamente cuando ve que se trata del castaño. De todos modos, ella abre aquel texto y luego su corazón se desploma lo más posible cuando se da cuenta de su error.
Me parece que te equivocaste de chat.
"La puta madre." Zoe murmura, mirando de nuevo su teléfono y a la vez muriéndose de vergüenza.
Había sido compañera de cuarto de Agustín durante unos seis meses. Después de que su último compañero de cuarto se había ido abruptamente, la pelirrubia no había tenido tiempo para ser exigente sobre quién se mudaba. El chico parecía bastante amable cuando lo conoció por primera vez: incómodo, un poco tonto, extremadamente tímido. Mantenía las cosas ordenadas y no la molestaba, lo cual era todo lo que se le puede pedir a un compañero de cuarto. Lo último que quería hacer era arruinar las cosas... y enviar una foto suya en topless había sido exactamente la forma correcta de hacerlo.
Sus dedos se mueven rápidamente sobre su teclado digital.
Sí, sí. Perdón, me equivoqué.
Por favor, olvida que viste eso.
Tranqui, no pasa nada.
Zoe entierra su rostro entre sus manos, queriendo hundirse como una piedra en el fondo del océano. Dios, las cosas entre ambos iban a ser demasiado incómodas ahora. Ella realmente esperaba que no lo haya abierto delante de nadie en su trabajo, sabiendo que era ahí donde él estaba ahora mismo. No cree que pueda volver a mirarlo directamente a los ojos.
Después de unos segundos, su teléfono vuelve a sonar. La persona a la que le había estado enviando mensajes de texto le pregunta a dónde se había ido, ya que nunca recibió la foto. Ella no puede decidir si responder; el momento previo entre ambos parece aplastado y desaparecido, y lo único que la pelirrubia quería hacer era quedarse en su cama para siempre. Pero en lugar de eso, vuelve a enviarle un mensaje de texto a Agustín.
