━━ 𝟓𝟐

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【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟻𝟸】

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【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟻𝟸】


𝐬á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝟑 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒


𝓓afne

𝐌𝐈𝐒 𝐏𝐄𝐍𝐒𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐒𝐄 𝐄𝐍𝐑𝐄𝐃𝐀𝐁𝐀𝐍 𝐄𝐍 𝐋𝐎 𝐎𝐂𝐔𝐑𝐑𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐏𝐄𝐍𝐀𝐒 𝐔𝐍𝐎𝐒 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐀𝐓𝐑Á𝐒.

Las palabras del hombre resonaban en mi mente como un eco, negándose a desaparecer, y esparciendo sombras de incertidumbre sobre el futuro de Matías y el mío propio. ¿Qué consecuencias tendría para nosotros lo que aquel individuo decidiera plasmar en su artículo?

La preocupación me envolvía mientras consideraba las posibles consecuencias de su publicación. Temía que sus palabras pudieran manchar nuestra imagen, tanto la de Matías como la mía. Aunque entendía la reacción que había tenido Matías, avivada por la provocación del periodista, sabía que sus acciones podrían malinterpretarse y tener un impacto negativo. Esta idea me inquietaba profundamente, haciendo que mi mente se sumergiera en un mar de preocupaciones sobre el incierto camino que se abría frente a nosotros.

Me separé de Matías apenas unos momentos atrás, y ahora me encontraba entre la marea de personas, escudriñando entre rostros en busca de mi madre. Aunque mis ojos rastreaban el lugar en su búsqueda, mi mente se aferraba a lo ocurrido con el periodista, sumiéndome en un torbellino de pensamientos.

Cada paso entre la multitud parecía sumergirme más en un mar de interrogantes sin respuesta, como si las preguntas se amontonaran a mi alrededor. Me sentía abrumada por la incertidumbre, preguntándome cómo estas circunstancias influirían en nuestra vida, en el camino que Matías y yo estábamos trazando juntos.

¿Qué significaría todo esto para nuestro futuro?

Era una pregunta que resonaba en mi mente, buscando desesperadamente respuestas en medio de la confusión que reinaba en mi interior.

No obstante, en un abrir y cerrar de ojos, toda esa vorágine mental se desvaneció cuando divisé a mi madre entre la multitud, entablada en una conversación con dos hombres.

Uno de ellos, para mi grata sorpresa, resultó ser Pablo Ramírez, mi diseñador asignado. El alivio y la alegría se entremezclaron en mi pecho, y mis pasos se aceleraron hacia ella, como si un imán me atrajera hacia su lado.

Cuando por fin alcancé a mi madre, me invadió un ligero sentimiento de culpa por interrumpir la conversación que estaban teniendo. Sin embargo, el abrazo que nos dimos fue inevitable. Mi madre me envolvió con fuerza, su calidez y su amor se convirtieron en mi refugio en medio del bullicio del evento.

𝟓𝟐 𝐂𝐀𝐑𝐀𝐂𝐓𝐄𝐑𝐄𝐒 | Matías Recalt [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora