Stella y Bella Swan siempre fueron uña y mugre, diferentes pero tan iguales a la vez. Y eso se comprobó cuando Stella quedó embarazada a sus 17 años y Bella a los 18.
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Miré a Emmett y Khaleesi, ellos estaban nerviosos y sabía que habían cometido otra de sus tantas cosas sin reparo, sin dudas este par era especial, pero por sus caras también sabía que no era bueno.
Observe la casa, todo estaba en orden, no había nada fuera de lo normal, solo que estas últimas semanas habíamos adaptado la casa para que el futuro miembro no se hiciera daño. Aurora no podía pasar los fines de semana en una casa peligrosa para ella. Aún recuerdo la tarde en mi habitación con Stella cuando ella me dijo que yo sería una gran madre, pues la conexión que tenía con Aurora era inexplicable, cada vez que tocaba el vientre de la chica que amo, la pequeña bebé se movía como un pequeño pez revoltoso, me agradaba escuchar sus latidos mezclados con los de Stella, sin dudas aquel par me volvía loca.¿
Flash Back....
Acariciaba el cabello de Stella mientras ella estaba recostada en mi pecho, habían pasado solo dos semanas de que admiti mis sentimientos por ella, me sentíacómoda, a su lado sentía paz, quizás se debiera a que ella era una elegida de Dios. Me lo había tomado bien, al principio me costó entender, pero ella junto a Bella, con la cual había mejorado la relación, se habían encargado de explicarme, era asombroso lo poderosas que podían llegar a ser, pues estaban en constante entrenamiento de sus dones.
Aunque el embarazo de ambas les dificultaba entrenar cuerpo a cuerpo en la ciudad Luz, ellas se lo tomaban con calma. Stella había prometido llevarme a su dimensión un día de estos, pero le dije que lo haría cuando ella estuviera mejor, pues su embarazoseguía siendo riesgoso y junto a Caín sospechábamos que los de alto rango en la otra dimensión estaban planeando algo, algo que atentaría con la vida de los mellizos de Bella y Aurora.
- Si Aurora sigue así de apegada a ti vamos a tener que venir cada cierto tiempo a tu habitación cariño.- Stella rió y yo también.
- Tienes que aceptar que quizás me quiera más que a ti cielo.- Ella se sonrojo por el apodo y formo un puchero adorable que me dieron ganas de besar, pero no lo hice, quería que nuestro primer beso fuera especial.
- Serás una gran madre.- Sentí esa llama de felicidad en mi pecho y me acomode para mirarla, ella se sento en forma de indio y solo me sonrió.
- ¿A que te refieres?.- La mire fijamente a sus ojos y acaricie su vientre sintiendo como Aurora se movía feliz.
- Quiero que también seas la madre de Aurora, se que la amas tanto como yo, ella te escogió, yo te escogí Rosalie.- Stella trago salvia tomando mis manos y sus ojos brillaban.- ¿Quieres criar a Aurora como tu hija junto a mi?.-
