Capítulo 5

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20 años atrás

Las palabras del policía retumbaban en mis oídos. Un dolor suave en la cabeza llegaba lentamente para quedarse. Sabía entonces ahora que la sospecha sobre que Nataly le había quitado la vida a mi hija para luego colgarse ya estaba descartada. Nunca dudé de ella, sabía que era imposible que pudiera ponerle un dedo sobre mi hija. Ella la amaba con todo su corazón y era capaz de dar su vida por nuestra hija. Por un momento me sentí feliz de que la sospecha sobre Nataly quedaba descartada, pero en un instante se volvió una confusión de sentimientos negativos, algo entre tristeza, odio y frustración. Los gritos quedaron grabados en mi mente, me preguntaba quién era ese hombre que las atacó, pensé y pensé y no pude llegar a ninguna conclusión, simplemente me limité a estar en silencio.

—Señor Arthur, aún no se rinda, debe ser fuerte para encontrar al culpable de la muerte de su familia. —Quitó su mano de mi hombro, tomó el aparato de reproducción y salió un instante de la sala para luego volver a entrar.

—Ahora necesito que me diga qué piensa sobre lo que escuchó. —ordenó el policía mientras volvía a sentarse.

—No sé qué decir. Estoy confuso, impactado y mis sentimientos no me acompañan. Intento pensar quién es el hombre que les hizo daño, pero no puedo concluir nada.

—Comprendo, voy a guiarlo un poco, señor Arthur, quizás así pueda ordenar sus pensamientos y pueda encontrar o conectar algo que nos pueda ayudar. —Encendió un cigarrillo. —Con la grabación que acaba de escuchar podemos saber que la persona que le quitó la vida a su familia es un hombre. Por otro lado, las últimas palabras de su hija fueron "Son los..." y esto tiene una sola explicación: puede que no sea una sola persona quien las atacó, sino varias —aspiró el cigarrillo y soltó lentamente el humo —y usted los debe conocer.

No tengo muchos conocidos en esta ciudad. Mi familia de sangre, en su mayoría, vive en el sur, los únicos conocidos que tengo aquí son un tío con su hijo y la verdad es que no los veo casi nunca, podría decir que durante el año fácilmente los veo menos de diez veces. No tengo amigos, aparte de lo que se puede llamar compañeros de trabajo. Mi esposa, a diferencia de mí, tenía a su familia aquí y mi hija solía siempre pedir permiso para salir con sus amigas. Entonces, no sé quién puede ser ese hombre.

—Se supone que hablamos de un grupo de personas y lo más similar que puedo conocer y llamar grupo son mis compañeros de trabajo. Pero seamos honestos, lógicamente es imposible; nunca le presenté a mi familia a ninguno de ellos. —respondí de forma segura aunque una gota de duda caía en mis pensamientos.

—Bien, señor Arthur, estaremos investigando a sus compañeros de trabajo. Le pido que no dé información alguna y mantengamos esto en silencio. Necesito igualmente que no tenga demasiadas conversaciones con conocidos.

"Demasiadas conversaciones", por algún motivo estas palabras se quedaron plasmadas en mi cabeza y no puedo entender por qué.

—Señor Arthur, algo más. Su hija comenzó a grabar en el momento exacto en que apareció el hombre. Sé que lo que voy a decir está mal, pero esto me hace pensar que estaba todo planeado desde un principio y su esposa no sabía nada.

—¿Me está diciendo que mi hija estaba metida en cosas que yo y su madre no sabíamos? —mi rostro mostraba el enojo en su totalidad. —¿Está diciendo que mi hija asesinó a su madre y luego se mató? —golpeé la mesa con mis puños.

—Lo que digo es que, bien fue un asesinato o que fue un suicidio planeado para que pareciera un asesinato.

En la actualidad.

El aceleramiento excesivo de mi corazón se detuvo de golpe y sentí mi cuerpo débil como si me hubiera liberado de algunas cadenas, o mejor dicho, como si me fuera a desmayar. Tiré mi cabeza hacia atrás chocando con el respaldo de la silla y fijando mi mirada en el techo. Cierro los ojos y me concentro en respirar lo más lento posible, una misión difícil para un anciano a segundos de caer muerto por el miedo. Abro los ojos, muevo mi cabeza hacia adelante y tomo mi bastón; al levantarme puedo notar el temblor de mi cuerpo y lo difícil que fue lograr mover mis piernas. Ya levantado, vuelvo a fijar la mirada en la ventana: todo seguía tan normal y eso me mantenía en paz.

Decido caminar hacia la salida y mirar el reloj, me doy cuenta de que son las diez, no podía creer lo rápido que pasó la hora y lo lento que la pude sentir. Abro la puerta y salgo lentamente para luego cerrarla. Me detengo un instante, respiro y caigo al suelo con las rodillas chocando contra el suelo. Pensé que moriría y el miedo me estaba atrapando, solo puedo pensar en esa mujer y preguntarme quién era. Su risa seguía retumbando en mi cabeza y su rostro plasmado lo tengo en mis ojos.

Sabía que esto ya no era psicológico, tenía muy claro que aquello que vi era real. Mi mente no estaba jugándome en contra y eso me ponía en peor posición.

Con todas mis fuerzas logro levantarme y apoyarme de mi bastón, camino hacia la cocina en busca de un vaso de agua y al llegar vuelvo a mirar por la ventana la casa de los Coldwell. No podía saber por qué la mujer me apuntaba aquella casa, pero ahora sé que algo esconden los Coldwell y aquello debo descubrirlo.

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