41-Interrogantes

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¿Cómo es el canto de los que nunca tuvimos la oportunidad de conocer?

Otra mañana hermosa, y un resplandeciente amanecer, aquella paz etérea por la cual daría su vida parece desvanecerse, siempre acercándose al destino impuesto sobre sus hombros. El día y la noche no parecen suficientes para saciar esa sensación que se escurre como arena, aunque el resultado de aquella gran batalla no podría anunciar su verdadero final, la guerra eterna que el mundo experimenta desde sus inicios, ni siquiera ellos podrían desvelar su resultado.

— Sí, Licia, puedes venir con nosotras al orfanato – respondió Eriko a las constantes insistencias por parte de Licia, quien deseaba con gran entusiasmo ayudarles de algún modo.

Licia, salto repentinamente mientras intentaba controlar su melena mañanera – Estupendo, muchas gracias, Eriko.

— Aunque solo ayudaremos a evaluar al personal – contestó fríamente la jovencita de pelo negro.

Licia la miro con seriedad dejando de lado sus inútiles intentos por desenredar su alborotado Cabello dorado.

— Esa es la parte más importante, sabes la diferencia que hace un personal dedicado, bueno y comprensivo ... Especialmente para esos pobres niños, han tenido que sufrir un montón.

— Por eso Agnis quiere que Grecia sea la encargada del primer orfanato, los niños la adoran – agrego la pelinegra atando el lazo de su blusa.

Licia se tumbó en su cama con una sonrisa vaga; sin embargo, un impulso ridículo y repentino la incito a preguntarle a Eriko algo alejado del tema que había llenado todos los espacios de aquella mañana.

— Sabes, estuve leyendo algo – aclaro la garganta llamando la atención de Eriko —, Un libro sobre seres ancestrales, y allí aparecen los gemelos, es increíble, pero además de eso, está el señor de los malignos, hemos explorado tan poco sobre el que es casi indistinguible a un concepto abstracto.

Eriko la miro extrañada – Espera ... ¿Qué son exactamente los gemelos? – alzó una ceja acercándose a Licia.

— Eso no es lo importante, lo que quiero saber es como es ese tal ángel, "El rey de los malignos" a aquel que queremos vencer, quiero entenderlo al menos un poco.

Eriko agacho la cabeza disgustada.

— Ese ángel caído, o lo que sea, era tan desproporcionalmente fuerte que parecía exhalar oscuridad, y las batallas no eran más que masacres, pero no es algo que me guste recordar muy seguido – dijo Erijo sumergiéndose en esos recuerdos que tanto le cuestan canalizar.

Licia la miro atentamente mientras alcanzaba el libro en su mesita de noche, y buscaba una hoja en particular.

—A diferencia de la primera vez que lo vimos en ese Viejo dibujo, aquí parece más humano, es decir ... Siempre tuvo esos rasgos, pero aquí incluso podría pasar como una persona normal, probablemente fue extraído del cuento que nos contó Harry, pero que sean lo mismo es irreal, sabes, aún no dejo de pensar en que esto es lo que él busca, que lo derrotemos "hijos míos" somos producto de su existencia, quizás incluso podríamos entenderlo.

Licia miró a otro lado sosteniendo el libro contra su pecho, Eriko estaba sorprendida por la reflexión de la chica, le pareció que estaba pensando mucho sobre ello, algo poco común en la pelirrubia, o quizás no, después de todo no la conocía tan bien.

— Si es que te agobia tanto, creo que Podemos hacer algo al respecto, siempre puedes contar conmigo para una investigación – Eriko le sonrió dulcemente.

La profecía de los doceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora