CAPÍTULO 35

288 63 17
                                    

Al salir del hospital regresaron a casa, Magy le había devuelto a Harry su anillo contando que había encontrado a Grace con él en manos, se le hizo raro cuando la omega desapareció justo después que la confrontó. Pero no le tomó mucha importancia por la preocupación de su desaparición.

Lottie debía pasar la noche en control, Louis insistió en quedarse, pero Niall no se lo permitió alegando que él era el omega de la alfa y que ambos se necesitaban.

Debido a la explosión en el hogar de su amigo, Louis le ofreció su casa a Liam mientras la del alfa era reparada, así que Zayn, Liam y Trisha se hospedaban en lo de Louis.

Harry preparó algo de comida, una sopa de esas que alivian la vida. Luego de comer un poco, el alfa y su cachorro quedaron rendidos, se veían tan cansados, ambos en la enorme cama, uno junto al otro, Emy dormía con su dedo pulgar dentro de la boca.

Harry solo necesitaba un poco de aire fresco.

Salió buscando aquel gran ventanal abriéndolo para dejar entrar un poco el viento.

Miró al cielo y en el mismo lugar estaba su mami tan brillante como siempre.

—Hola, mami, lamento, no haber saludado antes… todo ha sido una locura. —baja su mirada intentando no llorar—. Yo solo quiero decir gracias y quería hacerte saber que tenías razón, ahora todo está bien. Louis es más de lo que imaginé y Emy tu nieto, mi pequeño alfa es tan bello. Ahora, entiendo que aquel viento siempre fuiste tú visitándome —suspira, aguantando el sentimiento—. Como quisiera que estuvieras aquí, pero sé que siempre me acompañaste.

Louis caminaba fuera de la habitación hasta que divisó la silueta de su omega.

—¿Amor?

—Aquí Lou.

—¿Qué haces cariño? Puedes enfermar. —Lo abraza para darle calor.

—Lo siento alfa no fue mi intención preocuparte, yo solo necesitaba hablar con mamá.

—Entiendo. —lleva una de las sillas cerca del omega para el acomodarse sobre ella

—Ven acá. —dijo sujetándole la cintura para sentarlo sobre su regazo.

La espalda de Harry estaba frente al pecho de Louis, el alfa rodeó su cintura y sus manos fueron como un cinturón asegurando el agarre, en tanto el omega acarició los brazos que le sostenían.

—Siempre que necesites tiempo a solas, quiero que sepas que siempre voy a respetar tu espacio, pero cuando quieras compañía justo como ahora no dudes en decirme, no importa si es de noche, de día o de madrugada. —La voz del alfa resonaba suavemente a un lado de su rostro.

—Lo sé alfa. —aseguró acompañado en un suspiro.

—Mi precioso omega, te he dicho que te amo, ¿no? —Louis besó sonoramente su mejilla.

Una pincelada carmín pintó las mejillas del omega. —En realidad no. —responde con una risa traviesa.

—Pero que mal alfa soy entonces, bien Harry… delante de tu madre te declaro mi amor, en su nombre y en él mis padres juro amarte, hasta que mi piel se arrugue, hasta que mis cabellos se tornen blancos y hasta el último suspiro de mi alma.

—Eso es un lindo Louis, yo también te amo de aquí hasta el final de nuestros tiempos, hasta volvernos como una pasa. —sonríe con ternura.

—Nada será como antes amor, en este loco mundo solo seremos nosotros, lo demás que se vaya al carajo.

Se quedaron abrazados por un rato más hasta que Harry se quedó dormido sobre su pecho, lo cargó en sus brazos para llevarlo a la habitación.

Harry pasó algo aturdido la tarde por todo lo sucedido, pero al estar con Louis, toda la neblina que amenazaba cubrirlo se disipó.

CENIZAS (LT) Where stories live. Discover now