Capitulo 7

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Después de quitar el seguro automático de las puertas, Santana fue hacia su lado y entró en su mercedes negro. Se colocó el cinturón de seguridad y dio una mirada a su pasajera para que se lo pusiera, Brittany puso sus ojos en blanco y se colocó su cinturón de seguridad.

—¿Necesitas que te traiga de regreso cuando hayas terminado?— Santana preguntó al echar a andar el auto.

— Naa, conseguiré que Gunther o una de las chicas me traigan a casa. No hay problema—.

—Ok—.Santana  puso el auto en marcha por la avenida principal.

—Bonito auto— Brittany comentó, mirando el tablero pulcramente brillante y los botones de la consola.—¿tienes reproductor de cd's?—

—Sí, claro—. Sin mirar, Santana busco por detrás del asiento del pasajero y tomó un estuche lleno de discos.—dudo que haya alguno que te guste—.

Brittany tomó el estuche y miró los títulos, la sonrisa en su cara iba aumentando.—¿Los mejores éxitos de Paul McCartney? ¿Abba? ¿Alanis Morissette? ¿Acaso te quedaste atascada en los setenta?—

—En los años setenta y los años ochenta, en realidad. Me gusta esa música—.

Brittany cerró el estuche y lo puso en la parte trasera.—No tendrás que preocuparte por mí por pedirte prestado cualquiera de tus CD's, eso tenlo por seguro—.

—Mejor para mí— Respondió Santana con una sonrisa —Santana dirigió el mercedes por la carretera y aumento la velocidad.—¿A qué hora terminas de trabajar?—

—La última función es a la medianoche. Usualmente salgo de allí alrededor de las dos o un poco más tarde, no te preocupes por eso. Conseguiré que alguien me lleve a casa—. Sacó un cigarrillo de su paquete y comenzó a bajar la ventanilla.

—No permito fumar en mi auto—.

—¿Aun con la ventana abajo? Se saldrá todo el humo—.

—No se sale del todo—.

—Está bien— Brittany dijo molesta metiendo el cigarrillo de vuelta en el paquete.—¿supongo que si busco una estación decente en la radio esta fuera de discusión?—
Sonriendo en la oscuridad, Santana prendió la señal direccional y entró por una calle.—Mientras no encuentres una estación de radio que amenace con volar mis altavoces me parece bien—.

La radio quedó completamente descartada.

* * *

—No puedo creer que este todo lleno esta noche. Pensaría que es sábado o algo parecido—.

—Realmente no puedes quejarte, Mónica. Mientras más clientes más dinero—. Brittany observó su reflejo en el espejo mientras ajustaba el top de su traje. —Demonios, ya aumente de peso o estos trajes se encogen—.

—Pues no hay mucho de donde escoger para empezar— la otra mujer contestó.—¿Por qué no te pones el traje de leopardo?—

— Uff, odio ese traje. ¿Alguna vez te lo has puesto?—

—Pues es mejor que aquel—. La stripper pelirroja señaló un traje negro de cuero colgado en el porta trajes.

El corazón de BrittanyWhere stories live. Discover now