Capitulo 14

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Santana miraba incrédula la pantalla. ¿Tres meses? La respuesta del publicista había sido rápida. Al perder su fecha tope, la fecha de impresión para el libro fue puesta para dentro de tres meses, colocándolo más adelante de las ferias de otoño y arruinando cualquier posibilidad de adquirir buenas ventas de esos días festivos. El cambio de fecha implicaba muchas cosas pero lo más importante era el efecto que tendría en sus ingresos. Sus obras previas le proveían lo suficiente para pagar las cuentas mensuales pero la renta y los gastos diarios eran cosa aparte. El teléfono timbró pero ella no hizo el esfuerzo por contestarlo. Probablemente es otro vendedor al teléfono. Suspirando, cerró el correo electrónico y cargó su navegador de Internet. El teléfono continúo sonando hasta que la máquina contestadora respondió. ¿Lo ves? Ningún mensaje. Sabía que no era importante. Segundos más tarde el teléfono sonó de nuevo. Decidiendo que tal vez no sería un vendedor, caminó hacia la mesita de noche y contestó el teléfono

—¿Hola?—

—Habla la operadora. ¿Acepta usted una llamada por cobrar de Brittany Pierce?—

—Sí—

—Gracias. Adelante— Hubo un chasquido audible seguido por una suave estática.

—¿Brittany?—

—¿Santana, eres tú?—

—Sí, soy yo. Habla más fuerte Britt. Apenas te puedo escuchar—

—¿Me puedes escuchar ahora?—

—Sí—

—¿Estás ocupada?—

—¿Brittany, te pasa algo?—

—Bueno.... ¿puedes venir por mi y llevarme a casa?—

—Traerte a casa… sí, por supuesto que puedo. ¿Se descompuso de nuevo tu auto?—

—No. Es sólo que no puedo conducir— El sonido de un camión que pasaba distorsiono las últimas palabras.

—¿Qué? ¿Por qué no puedes conducir? ¿Sufriste algún accidente?— Mientras hablaba, Santana tomó sus zapatos y comenzó a ponérselos—¿Dónde estas?—

—Estoy sobre la calle Essex cerca del aeropuerto—

—¿Tu auto esta en condiciones de manejarse?—

—Sí pero creo que no puedo conducirlo, Santana— Una risa nerviosa se escuchó a través de la mala conexión —¿Puedes venir a recogerme?—

—Sí Brittany, iré a recogerte. Dime de nuevo donde estas ¿Pasando el aeropuerto?—

—En la cabina telefónica de la esquina—

—Bien. Escúchame. Regresa a tu auto y cierra todas las puertas. Estaré allí tan rápido como pueda—

—¿Santana?—

—¿Qué?—

—¿Vas a venir a recogerme? ¿De verdad?— Santana escuchó un golpe seco seguido por un grito agudo de Brittany —Ay! Me golpeé la cabeza contra el teléfono—

Creo que está realmente borracha. La calle Essex no es una buena zona de la ciudad por muchas razones —¿Britt? ¿Brittany sigues allí?—

—Oh si, estoy aquí—

—¿Me escuchaste? Quiero que vayas al auto y me esperes allí y cierra todas las puertas con seguro hasta que yo llegue, ¿Ok?—

—Ok, ¿Santana?—

—¿Qué?—

—Realmente no puedo conducir—

Oh genial, ahora esta divagando —No, no puedes, Britt. Entra al auto y quédate allí—

El corazón de BrittanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora