SETENTA Y UNO

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-tenía que hacerlo para ganarme completamente la confianza del jefe- le dijo cansado de repetir las mismas cosas-  además debía sacarle información sin que sospecharán de mi

-¡pero esa no es la manera!- continuo Martínez, Leonardo bufó con cansancio. echándose hacia atrás en su almohada 

-casi caes en un coma por hacer esa tontería- Raphael continuo con el regaño, ¿acaso no les parecía suficiente con el que le dijo cuando llegaron a casa?- por suerte el medico pudo quitarte toda esa porquería del cuerpo

-pero ya estoy bien, y no me traten como un niño pequeño- reclamo el pelinegro- se lo que hago, y estoy haciendo mi trabajo al fin de cuentas 

-a veces te comportas como uno, Leonardo- el castaño lo miro seriamente, su hermano en serio pareciese que le gustaba ponerse en peligro por hacer bien su trabajo- ya no queremos que te pongas en ese riesgo

-¿y que quieren? ¿eh?- pregunto ya muy molesto por la situación- ¿Qué deje de proteger gente para ya no ponerme en peligro?, ¿Qué ya no ejerza como policía?

-¡QUEREMOS QUE NO MUERAS!- le grito Raphael, cansado y agobiado- ya perdimos a papa, no queremos perderte a ti también

-saben que eso no pasará- Leonardo lo miro, entendiendo un poco el miedo de sus hermanos- estoy muy bien entrenado para enfrentar los peligros de mi trabajo, y ustedes deberían saberlo. y no, no dejaré de hacer mi trabajo por los peligros que se presentan. hice un juramento en la escuela militar, serviré y protegeré aunque pierda mi vida en ello.


todos guardaron silencio ante las palabras de Leonardo, Henríquez y Martínez eran los únicos que sabían de ese juramento que hizo en la escuela militar Leonardo junto a Benjamín; un pacto que a demás de unirlos, hizo que sin importar lo que pase, la vida de los demás es mas importante que su vida propia.


- si ya se cansaron de regañarme, por favor retírense de mi habitación- ordeno el pelinegro- tengo algunas cosas que hablar con Henríquez y Martínez en privado


los tres hermanos menores salieron de la habitación cabizbajos y tristes, Leonardo suspiro una vez mas para luego mirar a sus compañeros de trabajo; quienes después de lo ocurrido, quedaron en silencio.

-logre averiguar cuando será el atraco- comento el pelinegro, los otros dos policías lo miraron con atención- será este fin de semana, el sábado para ser mas precisos, debemos pedir refuerzos y muchas patrullas. hay muchos involucrados en el trafico, y los atraparemos a todos ese mismo día.

-yo me encargare de contactarme con la comisaría sur para que envíen refuerzos a la brevedad- Martínez saco su teléfono y comenzo a marcar el número indicado mientras Henríquez esperaba alguna instrucción de parte de Leonardo

-Martínez, necesito mas armamento- comunico el pelinegro- unas armas que disparen a metros del objetivo, chalecos antibalas mas efectivos para que no pase lo de la última vez ¿entendido?


el mencionado suspiro pesadamente ante esa última frase, sabía claramente a lo que Leonardo se refería con "la última vez"; asintió con un semblante triste, Leonardo sintió como se le estrujaba el pecho. 

-rodearemos al bunker con autos policiales, en el cielo habrá helicópteros que nos ayudarán en el rastreo si es que alguno de ellos tratan de escapar antes de que nosotros entremos- Martínez asintió


Henríquez llego tiempo después tratando de ponerse al corriente de  la situación, Leonardo lo miro.

TOMAR NUESTROS CAMINOS  [TEMPORADA 2]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora