UN MIRÓN MUY MOLESTO.

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Ver ir a una amiga es difícil, aunque solo hayas pasado dos días con ella, Lana se mostró fuerte, sabe que odio ver a otras personas llorar y muchas veces le dije que era una mujer muy fuerte como para demostrar debilidad de tal forma. Lo que ella no sabe es que yo me he mostrado débil muchas veces desde mi salida de San Awat y que tal vez mi posición respecto al llanto ha cambiado un poco.

Al volver a casa era ya la hora del almuerzo, no comí mucho; mi apetito se había ido en ese tren con mi mejor amiga. Mamá lo entendió, así que no se molestó cuando deje la mesa antes de que todos acabaran su comida.

Sentí la necesidad de salir a caminar, tal vez entrar al bosque, hablar con Draco... preguntar otras cosas, ¿Cómo donde ha estado todos estos años? ¿Qué es lo que necesita de mi para liberarlos a todos? ¿Cuál o cuáles son las otras maldiciones y que las genero?, no lo sé, siento que cada vez tengo más preguntas y que incluso he olvidado algunas.

El sol afuera estaba en todo su esplendor así que me coloque un sombrero negro lo suficientemente grande para cubrir mi rostro del sol.

― ¿A dónde vas ratona? ―pregunto mamá con ternura mientras se colocaba un poco de labial rosa en sus labios.

―A caminar un poco.

―Recuerda que esta tarde es la graduación.

―La verdad no sé si quiero ir.

―Iras, no puedes perderte algo así. Además, ya te compré un vestido y Rafael ha dado su consentimiento.

Significa que ya hablo con Lana, sonreí y le di un beso en la mejilla. Como le digo que no a esta mujer si me ha dado tanto.

―Te quiero mucho, mami.

―Y yo a ti ratona ―responde ella pellizcando ligeramente mi mejilla.

Al salir, noto que Asier y Guido se dirigían a Coelum, me pregunto qué harán allá, intento alcanzarlos e ir con ellos, pero no lo logro, así que no me queda de otra, iré a por un helado y caminaré un poco, necesito pensar con calma las cosas, es indispensable que aclare cada paso que daré a partir de ahora, me graduaré por mamá, noto que estoy dentro del bosque justo cuando necesito tirar el papel que ha quedado de mi helado.

Al mirar a mi alrededor observo a Eidan tomándole fotografías al lago rosa, observo el árbol de Frigga.

―Sigues aquí ―suelto acercándome y se gira a mí.

― ¿Y eso es malo por qué?

―No lo sé, creí que ya te habías ido.

―Hay muchas cosas por descubrir en este bosque, todavía no logro tomarle la fotografía a ese escurridizo troll.

― ¿Lo has vuelto a ver? ¿Otra criatura?

Niega.

― ¿Has dicho el nombre?

Asiente y sonrió negando con mi cabeza.

―Me gano bromas estúpidas como que me caigo, o me cubren de algo, ah ayer me perdí y esta mañana mi habitación estaba llena de mariposas.

―Debió ser muy bonito ―dije imaginándolo.

―La verdad es que tantas dan un poco de miedo ―se acerca a mí―, ¿y tú?, ¿cómo has estado?

―Una amiga vino de visita.

―Y...

―Y ya se fue...

Él suelta una risa ligera e incrédula.

― ¿Qué?

― ¿Significa que tu novio no es novedad?

Draco, el bosque bromista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora