🪁09

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El bosque estaba repleto de luciérnagas, los árboles tenían tallados varios nombres que no supo comprender, pero que sabía eran advertencias de que a ese lugar no podía meterse

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El bosque estaba repleto de luciérnagas, los árboles tenían tallados varios nombres que no supo comprender, pero que sabía eran advertencias de que a ese lugar no podía meterse. Igual lo hizo.

El valiente caballero Choi San empuño con orgullo su espada, infló el pecho y siguió su camino decidido a encontrar su objetivo.

El sol le estaba dando en toda la cara, el sudor escurría de su espalda de los nervios y el clima era insoportable, y es que el bosque parecía querer enterrarlo vivo por cada paso que daba, sin embargo los ruidos extraños no lo ahuyentaban y en su lugar se armaba de valor para seguir adelante sin importar qué.

De los árboles brotaron más luciérnagas y por arte de magia de la nada se hizo de noche, estaba tan oscuro que sintió pánico, pero igual no se echó para atrás. El olor putrefacto se hacía cada vez más fuerte, y de repente la arboleda terminó. Había llegado a su objetivo.

Apretó dentro de su puño la espada, frunció el entrecejo y tomó una gran bocanada de aire al mismo tiempo que alzaba a toda honra su escudo. Había una enorme torre casi cubierta por la madre naturaleza, casi al final de esta había una entrada, la única de la torre, donde se podía observar al príncipe del castillo caramelo: Jung WooYoung.

Estaba a pocos metros de rescatarlo y llevarlo a donde pertenece y ser felices por siempre, pero había un enorme problema, y es que frente a la torre del hermoso príncipe yacía un dragon negro, con la mirada más fría y temible que vio una vez. Tenía las alas con leves toques rojos y sus escamas brillaban con la luna, su cola era larga y de su boca salía humo, el dragón podría calcinarlo en cualquier momento si no tenía cuidado.

Kang YeoSang, híbrido de dragón negro, cuidaba con esmero lo que consideraba suyo, que al sentir la presencia del insolente caballero, sus ojos antes blancos ahora eran rojos de la furia que lo sintió helarse un momento.

Se levantó de su nido que había construido para proteger su propiedad, sus grandes extremidades casi aplastandolo hicieron al lugar retumbar, sacudió sus escamas haciendo resbalar las hojas que habían caído sobre él de los árboles que lo rodeaban, su cola se meneo de un lado a otro espantando a los cuervos y, cuando estuvo completamente de pie, más humo salió de su boca y de sus fosas nasales, para luego rugir hasta casi reventarle el tímpano.

El dragón no tuvo piedad ni paciencia para que el caballero se pusiera en guardia y atacara, en su lugar abrió su enorme boca y lanzó una gigantesca bola de fuego en dirección al caballero, este la esquivó y fue directo al dragón.

Vio de soslayo al príncipe morir de pánico cuando escuchó los rugidos del dragón, y supo que tenía que actuar rápido.

—¡Morirás enorme bestia! — le hubiera maldecido, pero mamá le había dicho que eso era de mala educación.

Fue en dirección al dragón a toda velocidad, se subió por la larga cola hasta llegar a su lomo donde se sostuvo con fuerza, pues el dragón se sacudió tratando de hacer caer al caballero sin conseguirlo.

NOMAS PORQUE SI //SANWOO (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora