Un pequeño daltónico y uno ciego. Un duo dinámico de mejores amigos que crearán su propio mundo de colores
O...
La historia de dos amigos de la infancia que vuelven a encontrarse años después donde las cosas cambiaron bien cabron.
SANWOO (SAN TOP...
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Tres días, tres días y la espera se vuelve una tortura, faltan 48 horas para ir a la dirección y saber algo sobre WooYoung o si se lo comió la tierra o de verdad es de nuevo ingreso, espera que sea lo último.
Tres días donde YeoSang anda como perro detrás de JongHo y eso no es novedad, incluso está hartando al pobre chico y eso todo mundo lo nota, espera que puedan resolver sus diferencias. Tres días donde MinGi se le ha pegado como una chinche preguntando mil cosas sin detenerse, desde su vida personal hasta cómo conoció a WooYoung y porqué lo está buscando. Quedaron en que no le diría nada sobre el daltonismo hasta que le traiga alguna noticia de WooYoung, y hasta ahora no ha habido nada, incluso duda de si MinGi se ha movido para tratar de encontrar información entre su montón de admiradores, pero al parecer nada.
¿Y si fue un sueño? ¿Pero cómo explicaría el hecho de que YeoSang también lo sabe? Nada tiene sentido.
Tampoco tiene sentido porqué MinGi siempre tiene tanta energía y una sonrisa como si la vida de un estudiante de preparatoria fuese la mejor del mundo. Joder claro que no.
Song se toma el descaro de sentarse a su lado y dejar caer su mochila encima de la mesa del comedor donde se encuentra San, quien antes de su llegada había estado leyendo tranquilamente un libro.
Hace una mueca. —¿Y ahora?
A pesar de ya haberse conocido por tres días sigue tratándolo como una mierda y siendo tan grosero con él con la esperanza de que MinGi sea alguien ajeno, pero es todo lo contrario, mientras más mal trates a MinGi más querrá hablarte. Mala decisión.
—Encontré información — dijo, animado. Bueno tal vez no sea una tan mala decisión —, pero es un poco… no sé, no terminó de creer.
—Dímelo, yo juzgaré.
Alza los hombros, destapando un yogurt de beber —La amiga de la prima de una porrista del equipo dice que lo vio, en un antro gay. Tenía la ropa hecha un desastre y un maquillaje exagerado. Ya sabes, como put-
—Cállate — interrumpe, obligándose a sí mismo que nada de eso es verdad. Nada.
WooYoung no pudo pasar de ser un pequeño adorable a…
—¿Sigo hablando? — duda, pero la curiosidad le carcome, así que asiente con temor. —Luego la hermana de la amiga de la prima de esa misma porrista dijo que lo vio con alguien en una gasolinera, llorando. Luego el tipo se fue y ese tal WooYoung le pidió dinero para llenar de gasolina su camioneta, que era una chatarra por cierto, o bueno eso fue lo que dijo.
Maquillaje, gasolinera, joder todo tiene sentido y se niega a creer que la vida de WooYoung, de su pequeño Woo pasó a ser una mierda después de tantos años sin verse.
Es decir, después de la cirugía para recuperar su vista se esperaba que fuera alguien dedicado al estudio, alguien culto, bien parecido, elegante incluso. Pero ahora… incluso puede decir que tiene miedo de enterarse de lo que puede llegar a ser WooYoung ahora.
