SALLY: JUEGA COMIGO🧸

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Sally

El sol, como siempre, acariciaba la piel de quienes se deleitaban bajo su resplandor; la brisa suave que recorría el barrio confería serenidad al entorno, creando así un clima perfecto. Este verano se convertiría en un recuerdo imborrable para la encantadora Sally.

Ella era una niña de 8 años. Un cabello largo y rizado corría desde sus hombros hasta su cadera, sus ojos de un verde claro, desprendían esa típica mirada inocente de cualquier niño. Era una niña muy educada, alegre y sobre todo, obediente. Sus padres la adoraban, era la niña perfecta, no podían desear nada más.

Sally reía melodiosamente mientras saltaba de casilla en casilla en el juego de rayuela, disfrutando del caluroso día frente a su hogar. De vez en cuando, su madre echaba un vistazo cariñoso en su dirección.

-¡Sally, cariño! ¡Es hora de que comas tu almuerzo! -llamó su madre con dulzura.

Sally alzó la mirada y, con una sonrisa, se encaminó al comedor de su casa. Comenzó a comer con entusiasmo mientras su madre se sentaba a su lado, con una expresión radiante.

-Adivina qué... - dijo su madre, con un toque de misterio que intrigó aún más a la niña -. Tu tío Johnny vendrá de visita.

-Mmm... ¿Tío Johnny? -repitió Sally con la boca llena, provocando una risa en su madre, quien asintió juguetonamente.

-¡Exacto! Él va a ayudar a tu padre con un proyecto -la madre se iluminó al notar cómo los ojos de la niña se iluminaban-. Y quizás, si todo sale bien, podríamos ir juntos a la feria.

La sonrisa de la niña se ensanchó y, en cuanto terminó de comer, se levantó de un salto. Una energía puramente infantil emanaba de ella, una que los adultos a menudo pierden en su camino hacia la madurez. Pero Sally, por el momento, seguía siendo una niña en toda regla. Ese verano, sin lugar a dudas, sería una experiencia increíble para ella.

En el transcurso de los días el tío Johnny llegó a la casa de su hermana. Salió de su coche estirando su cabeza y dando un suspiro de cansancio.

-¡Tío Johnny! -gritó, llamando la atención del adulto corriendo hacia sus brazos.

-¡Sally mi dulce niña! ¿Cómo estás preciosa? -Le respondió mientras la levantaba y abrazaba como se debía, luego de un tiempo sin verla; la niña sonrió.

-Estaba jugando afuera...- hizo una pequeña pausa - vamos a decirle que llegaste!

-Suena bien -respondió Johnny.

La cargó en sus hombros y caminaron hacia la casa, tocando la puerta en el afán de sorprender a Marie llamando desde afuera a la madre.

Sally realmente quería a su tío, no sabía qué era exactamente lo que hacía que estar con él se sintiera tan fresco, cuando la gran mayoría de adultos le parecían aburridos y hostiles. Su preciado tío Johnny la reconfortaba y la hacía sentir segura, después de todo, él era el hermano mayor que nunca tuvo.

-¡Marie querida, ya llegué!

La madre salió de la casa corriendo de la cocina y sonrió al ver a Johnny.

-Johnny, ¿has llegado bien?

El hombre puso a la niña en el suelo, le dio una palmada y abrazó a la mujer.

-Por supuesto que sí Marie, estoy en una sola pieza, por lo menos hoy.

Se echó a reír y caminó hacia la cocina con la mujer. Luego Sally corrió hacia la puerta, gritando que volvería a jugar.

-¡Asegúrate de entrar antes de que oscurezca!, no quiero que te pase nada.

-¡Sí, señora!

Y la niña se fue.

𝘊𝘙𝘌𝘌𝘗𝘠𝘗𝘈𝘚𝘛𝘈𝘚⬳"𝘌𝘭 𝘕𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘓𝘪𝘣𝘳𝘰"(completo) Where stories live. Discover now