cold burn | minlix

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disclaimer que aquí las personas tienen poderes de naturalezas, y se dividen en estos mismos mundos, separados, félix forma parte de los poderes de hielo y minho de fuego, y se desarrolla bajo eso.

Félix dom/bottom
Minho sumiso/top

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La armonía en el mundo de los espíritus naturales había estado existiendo durante décadas debido a sus reglas. La principal y más importante, no mezclarse con las otras comunidades. Por obvias razones, esta regla se violó varias veces, y todo aquel que lo hacía terminaba en el mismo lugar, el territorio maldito. Un sitio que nadie conoce y por su propio bien, no quieren conocer.

Sin embargo, a Felix esto nunca le había importado, su atracción por los espíritus del fuego empezó hace mucho y solo iba creciendo cada vez más. Se había metido con unos cuantos a escondidas y solo podía llamarlo de una forma.

Adictivo. Se había vuelto adicto a ellos.

Y por lo pronto, Lee Minho iba siendo su objetivo.

Jamás se había arriesgado tanto a intentar estar con alguien que no tuviera cierta atracción por los espíritus de hielo como con los que había estado antes. Minho ni siquiera lo miraba, solo se mantenía al margen de las cosas. Ambos trabajaban en la frontera entre sus comunidades, uno por descendencia familiar, y el otro por sus fetiches.

A pesar de esto, nunca se dio por vencido, intentando una y otra vez que viera sus intenciones y se lanzara hacia él, y aunque la mayoría de las veces le daba una mirada perezosa y corta, últimamente habían sido más intensas que eso, y lo miraba fijamente a los ojos por unos minutos.

Pero Félix quería más que eso, así que se preparó.

Sabía como entrar al territorio de fuego sin que lo descubrieran, así que lo hizo, y buscó a Minho durante la noche. En ese día específico, había un festival nocturno de fuego, así que sabía que estaría ahí. Logró verlo a unos pocos metros suyo, hablando con otro chico, sentados en un tronco frente a una fogata de al menos tres metros y medio. Le dio celos de alguna manera, porque ese chico estaba comiéndoselo con la mirada misma, le acariciaba la mano y le daba sonrisas estupidas.

Aunque, Minho no le prestaba tanta atención a eso, solo mantenía su distancia. Después de un rato, alguien llamo al chico y tuvo que dejar solo a Minho, así que era su oportunidad, tomó unas pequeñas piedras y empezó a lanzarlas en su dirección.

Minho miro a todas partes, tratando de ver quien lo molestaba. Diviso a Félix detrás de una de las cabañas, no era muy difícil siendo el único en ese lugar con el cabello de un azul eléctrico. Su entrecejo se frunció y sus ojos brillaron con rabia, se acercó casi corriendo a él y lo arrastró de un brazo hasta entrar a una cabaña más alejada, donde cerró la puerta y lo empujó.

—¿Que mierda haces aquí?

Félix sonrió.

—Vine a verte.

Minho estaba por replicar, pero se perdió viendo la vestimenta del chico. En la parte superior traía una chaqueta corta y sin mangas color blanco, dejando al descubierto gran parte de sus clavículas, brazos delgados pero ejercitados y su abdomen, decorado por una cadena plateada brillante. Debajo su pantalón holgado igualmente blanco, con una rajadura en el muslo derecho que lo dejaba ver casi por completo. No era la típica vestimenta de trabajo a la que estaba acostumbrado a ver.

—No puedes estar aquí.—mascullo con voz ronca y seria.

—Dices cosas obvias y estupidas, ya se que no puedo, sin embargo, aquí estoy.

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⏰ Última actualización: Mar 23 ⏰

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