Capítulo 6

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Cabos sueltos

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Cabos sueltos

"Vas a desear nunca haberme conocido..."

Entrenamientos, aquí se pone a prueba a todos los novatos y claro, se pondrá a prueba qué tan bueno soy. Tengo dos opciones, demostrar mi verdadero entrenamiento en Z.E.R.O o tratar de no sobresalir mucho para no llamar más la atención, aunque eso sería imposible, Freddy ya tiene los ojos en mi espalda, de vez en cuando en mi culo, pero ahí está, puedo sentirlo y eso me empieza a causar cierto nerviosismo. En un principio podía sentir cuánto me detestaba y su sed de sangre, pero ahora... encuentro algo que conozco demasiado bien, pues en el pasado solo una persona me miró con tanta hambre y era Conway.

Salgo del vestidor del gimnasio y siento la mirada de todos sobre mí, cuando alzo la vista veo cómo la mayoría está barriendome con la mirada, no tengo camiseta puesta, por lo que todos mis tatuajes quedan expuestos junto con la cicatriz de la explosión. Paso de largo hasta ponerme al frente, Isidoro tiene la boca abierta y me quiero reír en su cara.

— Tete, qué bueno estás.

— No empieces con tus malditas cochinadas Isidoro – dije mirándolo.

— Te lo digo con el respeto que te tengo, de ser gay, me pondría de rodillas tete.

Ahora sí que me río y eso atrae más la atención a mí. Suspiro y miro al frente cuando la puerta se abre, la garganta se me seca cuando veo salir a Freddy con uniforme negro y a Conway con uniforme militar. Recuerdo bien mi entrenamiento con Conway, así como lo que pasó mientras él usaba ese uniforme, trago saliva y mi vista se va a Freddy. Mi corazón empieza a latir con fuerza golpeando mi tórax, su oscura mirada se encuentra con la mía, hay un brillo peligroso en sus ojos y de ser cualquier otro hombre en su lugar, probablemente ya estaría desenfundando el arma. Es cómo si me anclara a él, acercando la mano al fuego con la plena certeza de que me quemará. Él no aparta la vista de mí y si lo hace sólo es para mirar cada vez más abajo... me obligó a apartar la mirada, me quiere matar, tengo que recordármelo. Aunque cada vez me lo creo menos.

Conway empieza a dar las órdenes del entrenamiento y al ser subinspector tengo que poner el ejemplo así que hago las flexiones, sentadillas y cada cosa que Conway dice. Cuando tenemos un momento para tomar agua, me retiro de los demás para tomar mi botella y tomar una toalla y secar el sudor de mi cuerpo, siento dos miradas sobre mí, son como flechas que atraviesan mi cuerpo y no tengo siquiera que voltear, sé bien quiénes son y no quiero alterar más mi sistema. Enfoco la mirada en otra cosa y eso es Isidoro que se acerca a una rubia, una sonrisa tira de mis labios cuando la identifico. Me acerco a ellos y confirmo realmente que es ella, tal vez lo único bueno que tiene mi pasado en esta comisaría.

— Isidoro, sí te atreves a tocar a baby Johnson yo mismo te arranco la mano.

— Pero tete, no seas celoso.

— No soy celoso – lo miro. – Vete para allá o haré que hagas el triple de entrenamiento.

Miró a Kyle quien tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque como cualquier otro de los que me rodean, están tan centrados en mi jodido cuerpo.

Pólvora y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora