« real life / social media »
➣ Donde Ainhoa es una futbolista consagrada, abiertamente feminista y no soporta a cierto jugador del barcelona.
O
➣ Donde Gavi es un jugador del barcelona, dispuesto a ganar títulos con...
Nota: Bueno, como varias veces me han pedido que escriba escenas extras sobre algunos momentos de la historia de los que les gustaría saber un poco más, me he animado a subir hoy el primero en compensación por la tardanza con el siguiente capítulo. Espero que lo disfruten 🫶🏻
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
GAVI
La primera vez que la vi, su imagen quedó grabada en mi memoria como si fuera una obra de arte. Ainhoa, con su presencia imponente y su gracia en el campo, era la personificación de la belleza y el talento. Yo, con apenas once años, me encontraba entre mis compañeros, todos expectantes ante la final femenina del club. Pero solo yo parecía hipnotizado por ella.
—¿Has visto alguna vez a alguien jugar así? —susurré a mi amigo más cercano, sin apartar la vista de la figura que dominaba el terreno con una confianza que desafiaba su edad.
Ella era una visión de determinación, cada zancada una promesa de victoria, cada toque del balón una melodía de pasión futbolística. Cuando perdía el balón, su reacción era inmediata, recuperándolo con la tenacidad de una leona. No era solo su belleza lo que me cautivó, sino la pasión con la que jugaba. Era imposible no quedar flechado al instante.
—¿Quién es ella? —pregunté, mi voz apenas un murmullo entre los vítores y aplausos.
Un chico mayor, que había escuchado mi pregunta desde las gradas, se inclinó hacia nosotros con una sonrisa socarrona.
—Esa es Ainhoa Luján —dijo, como si revelara un secreto conocido por todos menos por mí-. Una loca feminista que está obsesionada con tachar a todos los chicos de iguales.
Me encogí de hombros, indiferente a su comentario. No me importaban las etiquetas ni los prejuicios.
—Pues a mí me parece linda y talentosa —respondí con firmeza, y volví a centrar mi atención en el partido, en Ainhoa, la chica que acababa de robarse mi atención por completo.
