2. Encuentros Inesperados.

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NOTA: próxima publicación el jueves. Espero disfruten la lectura, hoy las palabras volaron desde mi cabeza y dejaron este resultado, que amo, como se aman las cosas oscuras e incomprendidas, no se dónde sale lo que escribo, creo que de esa parte que nadie conoce y que hoy me atrevo mostrar...

P.O.V Kara Danvers

La noche estaba tranquila, aún faltaban dos días para inauguración del Blue Palace, contemple el hermoso trabajo que habían realizado los contratistas y el arquitecto, el jardín secreto de la azotea era un oasis inesperado en medio del bullicio urbano. Encaramado sobre el edificio en lo más alto, el jardín ofrecía una vista panorámica de la ciudad, con sus luces parpadeantes que se extendían hasta donde alcanzaba la vista.

Un camino de piedra serpenteaba entre macizos de flores exóticas, algunas de las cuales solo abrían sus pétalos al caer la noche, liberando una fragancia embriagadora que perfumaba el aire. La piscina rectangular, bordeada por azulejos de color azul intenso, reflejaba el cielo nocturno como un espejo, creando un efecto mágico.

En un rincón del jardín, un pabellón de madera con techo de paja invitaba al descanso. En su interior, columpios de mimbre se mecían suavemente con la brisa nocturna. Unas velas encendidas creaban un ambiente íntimo y acogedor.

En el jardín, el tiempo parecía detenerse. Los sonidos de la ciudad se amortiguaban, dejando paso al canto de los grillos y al susurro del viento entre las hojas. Era un lugar perfecto para escapar del ajetreo diario, para meditar, leer un libro o simplemente disfrutar de la compañía de las estrellas.

Me acerqué a la cornisa que daba de frente al extremo de la calle donde estaba Vórtice, la Galería de Arte. Tenía una vista perfecta de toda la estructura. Entonces la vi, allí en su azotea, dos pisos por debajo de mí: Lena Luthor leyendo un libro bajo la luz de decenas de bombillos. Sentada, la fiera estaba tranquila...

- ¿Debo preocuparme? - Alex, mi hermana mayor, habló desde la puerta -. Kara, cada noche subes a este lugar y la observas como una maldita acosadora. No parece una conducta normal.

- Alex, ya te dije que si quieres destruir a un enemigo debes observarlo - me encogí de hombros restándole importancia.

- No Kara, es raro, tú no sueles obsesionarte con nada.

Alex tenía razón, pero esa mujer merecía un castigo. Su comportamiento fue inaceptable, y yo sería su juez, jurado y verdugo.

- ¡Mami, mami quiero pizza – Esme entro corriendo reclamando su cena.

- Cariño vamos a Yotros por la pizza más grande de National City.

- ¿Tía Kara puede venir mami? – no Esme, no uses tu tierna voz, ahora no había manera en la que Alex dejara que me quedara en casa.

La mire a punto de hablar, pero su mirada de no lo hagas me detuvo.

- En marca rarita – camine con haciendo un puchero mientras Esme reía

La noche, fría pero agradable, se extendía como un manto aterciopelado sobre la ciudad. Las estrellas, como diamantes titilantes, observaban en silencio nuestro avance. A dos cuadras se encontraba nuestro destino, Yotros, un oasis de sabor en medio de la noche urbana.

Las tres caminábamos bromeando, disfrutando del camino. Después de todo, no podía comer todos los días con mi adorada hermana y mi hermosa sobrina. Me había convertido en una adicta desde que me mudé a la ciudad, cinco días atrás.

El bullicio del restaurante contrastaba con la tranquilidad de la noche. Era como si dentro de Yotros se concentrara toda la energía de la ciudad. Cuando entramos, el local estaba totalmente repleto. Un mar de mesas abarrotadas de gente, un murmullo constante de conversaciones animadas y el aroma embriagador de la comida inundaban nuestros sentidos.

Mas allá de la razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora