CAPÍTULO 31

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NARRA NATALIA:

Estaba muy contenta, ese último mes había estado lleno de emociones. Si me hubiesen dicho cuatro o cinco meses atrás que en junio estaría de camino al Pride con mis amigas y MI NOVIA me habría reído porque parecía imposible. En septiembre había empezado la facultad y se me estaba haciendo un poco cuesta arriba porque empecé no estando bien personalmente, el año anterior había sido un año de muchos cambios en mi vida. 

Desde que era pequeña había tenido el rol de la chica que sacaba buenas notas en clase pero pasaba desapercibida. Me propuse que eso cambiara y quería destacar en lo académico y en lo personal, por lo que fui la delegada de clase, me presenté a todos los concursos que hacía el instituto, me abrí personalmente, estudié muchísimo y lo peor, dejé muchas cosas de lado para sacar buenas notas. No me daba cuenta en el momento pero me estaba machacando demasiado con los estudios y por sacar matrícula de honor acabé saliendo bastante perjudicada. Además a final de curso me examinaba de un examen de inglés bastante difícil porque el nivel ya era bastante elevado, aunque el inglés era una de mis pasiones. Cuando se acercaba final de curso las cosas se empezaron a torcer un poquito, estaba muy estresada porque sentía que no llegaba a todo y eso me decepcionaba porque mi propósito era sacar buenas notas juntamente con aprobar el examen de Cambridge. No pude con todo en ese momento, pero también estuvo bien darme cuenta y poder parar a tiempo. Recuerdo salir llorando de una clase de inglés a la que no volví en 3 meses porque ya no podía más con el agobio de suspender los exámenes de prueba y con ello no sentirme suficiente.

Por otro lado fue mi mejor año académico, disfrutaba yendo a clase porque me gustaba mucho lo que estudiaba y además mis compañeros y profesores eran estupendos. Fue un regalo haber formado parte de un grupo tan sano, nos ayudábamos entre todos, trabajábamos mientras nos reíamos, teníamos la confianza suficiente para hacer bromas de todo tipo, si alguien estaba de bajón se le escuchaba y se le aconsejaba, aprendíamos todos de todos porque éramos muy diferentes y formamos grandes amistades que seguimos conservando a día de hoy. El día de la graduación fue sin duda uno de los días para recordar. Habíamos acabado las clases un tiempo antes de graduarnos y nos reencontramos todos ese día. Estábamos todos guapísimos y muy emocionados. Yo di el discurso de la graduación juntamente con otras 3 chicas, el acto de graduación se me hizo muy corto. Fue un orgullo porque sentí que todo mi trabajo, esfuerzo y sacrificio había valido la pena, me dieron matrícula de honor y mención por el mejor trabajo de final de ciclo por el que tanto había trabajado. Ese día pasamos la tarde y la noche juntos yendo a cenar también con los profesores. Daría lo que fuera por volver a repetir ese día en el que fuimos tan felices.

Ese verano empecé a trabajar, ya había hecho prácticas antes pero era la primera vez que trabajaba oficialmente. Tuve mucha suerte porque encontré trabajo de lo que a mi me llenaba, además hice muy buena amistad con mi jefa y trabajábamos muy bien juntas. Unos meses después cuando me quedaba 1 mes para dejar de trabajar la ansiedad vino para quedarse durante una temporada a raíz de un momento de mucho estrés en el trabajo. Recuerdo ese momento como uno de los peores de mi vida, sentía que me estaba dando algo y todo lo que tenía era un ataque de ansiedad. A raíz de ese evento indeseable empecé a tener ansiedad por hacer cosas nuevas. Fui al psicólogo muy rápido porque era consciente de que tenía un problema y la verdad que sigo pensando que es una de las mejores decisiones que pude haber tomado. Me ayudó mucho a comprender que me pasaba y porque me pasaba, muy poco a poco fui superándolo pero a día de hoy todavía no puedo cantar victoria, porque muy de vez en cuando la ansiedad me sigue acompañando.

Fue duro porque además porque las chicas que hacía bastante tiempo que eran mis amigas me dejaron de lado en la época que sentía como la peor de mi vida. Sabían perfectamente lo que me estaba pasando porque se lo conté y a día de hoy sigo esperando a que me pregunten como estoy. Soy una persona que nunca ha tenido mucha suerte con las amistades, considero que solo he tenido 1 amigo de verdad, los y las demás unos interesados y interesadas que después me la clavaban por la espalda. 

No me sueltes nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora