NARRA NATALIA:
La verdad es que a mi también me hacía ilusión ver la Sagrada Familia porque nunca había estado y todo el mundo hablaba maravillas de ella. Admiraba a Antoni Gaudí, el famoso arquitecto que diseñó aquel edificio y muchos más, reconocido mundialmente. Lo que más ilusión me hacía de todo aquello era que iba con Alba. Estábamos muy lejos de casa, pero con ella me sentía segura y sin darse cuenta, ella hacía que mi ansiedad no se manifestara. Pasamos una tarde maravillosa entre besos, risas, caricias y abrazos. Había mucha gente pero se nos pasaron volando esas dos horas, hablando y haciéndonos muchas fotos porque el sitio lo merecía. Cuando vimos que eran las 8 decidimos volver al metro para que nos diera tiempo a ducharnos y a cambiarnos de ropa para ir a cenar con Chiara y Violeta.
-A estas dos no las dejes sentarse juntas porque son peligrosas- Dijo María esta vez siendo ella la que hizo una carrera para coger dos asientos que había libres.
-Que mala eres- Le respondió Vicky riéndose y sentándose a su lado.
-Si queremos podemos hacer lo mismo, estemos sentadas o estemos de pie María- Exclamé envidiosa porque nos había quitado el sitio. Realmente aunque yo hubiera llegado primero se lo habría cedido a ellas porque yo había ido sentada antes.
-No seréis capaces- Nos retó María.
-Hay demasiada gente- Dijo Alba girándose y observando que detrás nuestro había entrado bastante gente. Después me miró haciéndome entender que no.
-Alba tiene razón, esto está casi lleno, y además no es sitio para...- Dije dándole la razón a mi pareja.
-Para ponerte muy cachonda- Dijo María prácticamente susurrando para que solo lo escucharan las 4 chicas.
-Básicamente- Añadió Vicky asintiendo con la cabeza.
El trayecto en metro hasta el hotel se me hizo eterno porque estaba a tope y además el vagón olía como una clase de la ESO después de educación física. Llegamos al hotel a las 9, teníamos media hora para ducharnos, vestirnos y bajar a cenar. Cada pareja nos encerramos en nuestra habitación para prepararnos. Entré detrás de Alba cerrando la puerta, ella se sentó en la cama mirando el móvil y yo fui directa a mi maleta para ver que me podía poner para ir a cenar.
-Tú que te vas a poner?- Dije rompiendo el silencio y esperando su respuesta durante unos segundos. -Alba?- Volví a repetir esta vez un poco más fuerte al ver que no se había dado cuenta de que le estaba hablando.
-Que? Perdona, no te estaba escuchando, que habías dicho?- Se disculpó Alba por no haberme prestado atención.
-Que si sabes lo que te vas a poner- Le dije de nuevo en un tono calmado.
-No lo he pensado todavía, y tu?- Me dijo rápidamente y volviendo a mirar el móvil sin prestarme mucha atención.
-Pues estoy entre esto y esto- Añadí con dos prendas, una en cada mano. Vi que Alba no levantó la vista del móvil.
-Ah vale- Respondí todavía sin mirarme.
-A ti cuál te gusta más?- Pregunté.
-Sí- Dijo Alba haciendo evidente que no me estaba prestando atención.
-Me voy a duchar- Dije en voz alta mientras me iba a la ducha con la ropa que acabé eligiendo.
Ella no dijo nada más y seguía mirando el móvil. No le di importancia, me di una ducha rápida y me vestí. Cuando salí, seguía con la misma postura que estaba antes, no se había movido ni 1 centímetro, seguía absorta con el móvil. No le dije nada porque no la quería molestar y fui a mirar que hora era, solo habían pasado 10 minutos así que íbamos bien de tiempo. Pensé que igual estaba hablando con sus amigos porque tenía el rostro serio y cuando escribía se la veía molesta.
YOU ARE READING
No me sueltes nunca
RomanceAlba, a sus 20 años empieza a trabajar en un centro medico cuando por casualidad o por cosa del destino hace que se cruze con Natalia, una chica que le marcará mucho. Ninguna de las dos tenía en sus planes enamorarse, pero de esa manera fue inevitab...