CAPITULO 8

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*⁠.⁠✧ CAPITULO 8: UN ABISMO DE CULPABILIDAD

   Me quedé paralizada, sintiendo como si el aire se hubiera evaporado de mis pulmones, dejándome sin aliento, sin capacidad para respirar. En la habitación todo se quedó negro, la luz que había se fue envuelta por la oscuridad, la oscuridad que traían mi padre y mi hermano.

   Aunque Alec fue apartado de mí, no podía mover ni un músculo. Sentía la exposición de mis piernas desnudas y pechos, mi única protección eran las finas braguitas de tela que aún me cubrían.

   Mi mente se llenó de una niebla densa, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Me sentía como un fantasma, flotando en un estado de shock y desesperación. Me encontraba perdida, sentía el vacío y la tristeza que me presionaban el pecho.

   Sentí que unas manos me agarraban y me ponían unos trapos encima, tapándome de las miradas curiosas que acompañaban a mí padre y a mí hermano. Me levantaron y me obligaron andar, no escuché que Alec dijera nada.

    La culpabilidad y el vacío me consumían por completo. Mientras soy arrastrada hacia la Sala del Trono, siento como si un abismo se abriera dentro de mí, devorando cada átomo de esperanza que me queda. El aire a mi alrededor se vuelve denso, como si estuviera sumergida en un mar de desolación y desesperación.

   El vacío que me envuelve es palpable, un agujero negro que parece crecer con cada paso que doy. Me siento desconectada de todo lo que me rodea, como si estuviera flotando en la nada, sin un lugar al que pertenecer. La sensación de estar sola en medio de la multitud me abruma, y anhelo desesperadamente encontrar algún resquicio de luz en la oscuridad que me rodea.

   En la Sala del Trono, mi madre y mi hermano estaban junto al trono de oro macizo, en él, estaba sentado mi padre. ¿Cómo habían llegado tan rápido?

   Sentí un golpe justo detrás de la rodilla que me hizo caer al suelo, mis huesos se clavaron contra el frío suelo de mármol haciendo un golpe sordo.

   — Hija — me llamó mi padre entre el pitido de mis oídos —. ¿Por qué estabas a punto de acostarte con ese plebeyo? — sus palabras caían sobre mí como un peso aplastante.

   — Yo... Yo no... — no sabía que decir. A él lo matarían. Lo matarían por mi culpa. Todo es culpa mía. Mía y de nadie más — Es culpa mía — dije en apenas un susurro.

   — Es culpa tuya, sí — no sé quién hablaba, solo sabía que estaba diciendo la verdad, lo que me merecía —. Por tu culpa, él va a tener un castigo y tú también, cariño.

   Iba a tener mi merecido.

   La culpabilidad me consumía desde dentro, como un fuego voraz que devora mi alma. Me culpo a mí misma por haberme dejado llevar por mis impulsos prohibidos. Me preguntaba una y otra vez cómo pudimos haber llegado tan lejos. Cómo pude haber llegado tan lejos. No sé si mis padres o mi hermano han dicho algo porque no lo he escuchado.

   El temor a las consecuencias de mis acciones me paraliza, dejándome indefensa ante el juicio de mi familia y la ira de mi padre. Me imagino el castigo que me espera, y el pensamiento de enfrentar la ira de mi padre me llena de terror. Pero aún más doloroso es el miedo por el destino de Alec, a quien considero inocente en todo esto. La idea de que él sufrirá por mi culpa me atormenta, haciéndome sentir aún más culpable y desamparada.

   En medio de esta tormenta de emociones, lucho por mantenerme a flote, anhelando desesperadamente encontrar una salida de este laberinto de culpabilidad y desesperación en el que me encuentro atrapada.

   — Beatrice — escuché la voz dulce de mi madre llamándome —. Para poder controlarte y te perdones a ti misma, te vamos a llevar a un lugar donde estés a salvo, allí purificaras tú alma. Te mandáremos a un templo para que te conviertas en sacerdotisa. Vivirás allí y serás sacerdotisa el resto de tus días, hasta el momento de tu muerte.

✧✧✧

    *⁠.⁠✧ Holaaa. Aquí lo prometido. A Beatrice la llevarán a un templo, como castigo, allí no podrá tener ninguna relación, así, sus padres podrán controlarla y castigarla (⁠っ⁠˘̩⁠╭⁠╮⁠˘̩⁠)⁠っ. Qué tengáis un bonito día!!!

La Prisionera Del Templo.Where stories live. Discover now