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- Gracias por leer, si os gusta el capítulo sentiros libres de dejar comentarios, y compartir me anima a seguir escribiendo y tener ideas ❤️

Me aparté de Luzbel ¿Escapar? ¿A donde? No, no podía traicionar a Adán no podía hora que iba a ser la madre de Abel:

- Eva por favor, necesitamos salir de aquí, solo tú puedes liberarnos - su voz era dulce y melodiosa

- ¿Yo?

- Si, tú, Eva, solo tú puedes hacerlo - tomó mis manos entre las suyas y besó mis nudillos - estás destinada a algo grande

Era hermoso, casi tanto que mirarlo dolía, como no serlo, era el favorito de dios. El pequeño cisne:

- ¿C-como? ¿Como puedo salir de aquí? ¿Hay algo más allá?

- Por supuesto Eva, crearemos nuestro propio jardín sin el control de padre, pondremos lagos de patos y cisnes por todos lados, Abel crecerá fuera del mandato celestial. Eva, Adán solo quiere controlarte, quieren retenerte aquí para que no descubras la verdad.

Solté su mano y ante mi apareció el fruto, Luzbel lo sostenía, pero había algo en su sonrisa, algo que no era genuino ni amable. Sus ojos ya no eran azules, sus ojos eran rojos, rojos al igual que el fruto.

Fruncí el ceño y tiré la manzana al suelo. Al pisarla la expresión de Luzbel se oscureció. Era la primera vez que lo veía tan enfadado:

- ¿Crees que ellos están para protegerte? ¿Crees que se preocupan por ti? ¿Crees que Adán te ama? El solo quiere usarte para poblar el Edén, quieres asegurar su sucesión, es un narcisista ¡Te estoy prometiendo poder, te estoy prometiendo un futuro!

Lo agarré del cuello de la túnica, su mirada seguía helada, impasible, sus ojos casi parecían poder reducirme a cenizas, pero no retrocedí:

- ¿Quieres salir de aquí? Hazlo por tu propia cuenta ¿Crees poder manipularme? Eres un mimado. Eres el favorito de padre, amado por tus hermanos, por todos los seres celestiales, todos te adoran y te adorarán siempre. ¿Y como no hacerlo? fuiste bendecido con talento, inteligencia, gracia... eres hermoso Luzbel... tienes todas las libertades para ser feliz y, sin embargo decides hacer un berrinche. Eres un crío. Yo... -un nudo en mi garganta me impedía hablar- Yo no tengo más que esto. Mas que Adán, ¡Nadie está de mi parte! Si abandono sere condenada - mi agarre se suavizó.

Aquello salió de mi boca como un veneno. Luzbel parecía tan sorprendido como yo, como si no me viese capaz de aquello. Me abrazó y yo hundí mi cara en su pecho, mis lágrimas mojaban su túnica mientras acariciaba mi cabeza. De alguna forma su abrazo no me reconfortaba, aquel abrazo casi parecía una disculpa:

- Adán no te ama Eva. Todas tus dudas serán resueltas una vez muerdas el fruto. Quiero que reines conmigo. Crearemos nuestro propio paraíso.

Y por supuesto le creí, Luzbel, con sus ojos azules y brillante me envolvió y yo me dejé llevar. El peor veneno que probé no fue la manzana. Fueron sus labios.

El beso de Luzbel era distinto al de Adan, era cálido y apasionado. Parecía poseerme. Todo su ser reclamaba mi alma y me hechizaba:

- ¿Sabes? - el me miró, sus ojos azules brillaban - eres tan bajito que si quisiese que parases de besarme simplemente tendría que estirarme

Reí y el golpeó mi hombro sonrojado, apartó la mirada y se cruzó de brazos:

- ¿Tenías que decir eso en medio de nuestro beso?

Lo abracé y me senté bajo el árbol, de entre las ramas llegaban pequeños rayos de sol, alumbrandonos:

- Tengo miedo Luzbel, tengo miedo de saber la verdad, abandonar el Edén

- Estarás bien - aquello parecía más algo que se dijo a sí mismo

- ¿Como lo sabes? - pregunté

- Por qué eres la mujer más capaz que he conocido

Agarré una de las manzanas del árbol. El ángel me miró sorprendido, observe un rato la manzana:

- E-Eva

¿Por qué dudaba? ¿Por qué si aquello era lo correcto Luzbel parecía dudar? Tenía una mueca horrible en la cara, como si fuese a coger el fruto y lanzarlo lejos de mi. Pero no lo hizo:

- Adelante, muerdela

Mordí el fruto y antes mi pasaron como una película años y años de humanidad. De historia. Vi ante mis ojos revoluciones y guerras. Muerte, penurias y abusos. Casi todas en nombre de padre. Los humanos lo llamaron "Dios". Secretos se revelaron ante de mi y mi vientre comenzó a doler. Los humanos me llamaban, pecado original, ser imperfecto, fracaso, humana... revolucionaria.

Y entonces vi a Luzbel. Su mirada caída y casi arrepentida sus ojos no querían encontrarse con los mios. De mis ojos cayó una lágrima involuntaria. Yo me había vuelto la primera pecadora de la historia y madre de todos los pecados de la humanidad. De todas las calamidades y desgracias:

- E-Eva - la voz de Luzbel salió en un susurró

Lo besé, lo besé por todas las veces que sabría que no podría hacerlo, porque sabía que me condenaría a buscarlo, a amarlo en secreto. Por qué dolía, por qué lo amaba, porque por él había condenado a mis hijos. Me abrazó y comenzó a acariciar mi cuerpo:

- ¿Te arrepientes? Pronto empezarán las consecuencias - preguntó

Yo jadeaba aún cogiendo aire después de nuestro beso:

- Jamás me arrepentiré de haber amado. Lo único que me diferencia de los angeles es que puedo elegir, es mi pecado.

Luzbel comenzó a desvestirme lentamente, sus manos eran frías, pero su toque quemaba. Aquella noche no dormí en brazos de Adán.




Eva ll (Hazbin Hotel) Where stories live. Discover now