Episodio 9

430 46 118
                                    

El silencio que se genera en el interior de un autobús transitando por la noche, pero acompañado de la iluminación de cada local y entre las calles oscuras, era un detalle que me daba gusto aprovechar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El silencio que se genera en el interior de un autobús transitando por la noche, pero acompañado de la iluminación de cada local y entre las calles oscuras, era un detalle que me daba gusto aprovechar.

Pero siempre existía la ocasión en que algo u alguien lo interrumpía. Ya fueran los vehículos del exterior, la sirena de una ambulancia escuchándose a la distancia, un vendedor...

—Por favor, por favor... cualquier ayuda que puedan brindarme sería muy apreciada... perdí mi trabajo hace algunos meses y, desde entonces, he estado luchando por sobrevivir.

... o un mendigo pidiendo limosna.

—No tengo a dónde ir ni cómo alimentarme. Un pequeño aporte pido, no importa el valor... —se trataba de un hombre mayor, delgado y con el cabello hasta los hombros que arrastraba sus pies desde un extremo a otro sobre el autobús, arrojando estas palabras. Y hablaba y hablaba, con la voz ronca paseando su implorante mirada en cada pasajero.

Sin embargo y de momento, nadie extendía su mano hasta él para aportar.

Cuando lo vi pasar por mi lado, mantuve mi mirada postrada al frente, pero al dejar que pronto mis ojos se virasen hasta los talones del hombre por lo bajo, noté sus zapatos de género desaseados.

—Por favor, por favor... —volví a escucharlo a mis espaldas, esta vez al otro extremo del autobús y con un tambaleo en su tono de voz.

—... Lamento escuchar eso. Aquí tienes algo de dinero y espero que pueda ayudarte en algo —oí a un desconocido aportar con su comentario, y enseguida, la reacción de su contrario.

—Oh, ¡muchas gracias, muchas gracias! —sollozó— No tiene idea de lo que significa esto para mí, ¡muchas gracias!

—Hey, la mendicidad no está permitida dentro del autobús —se escuchó rugir al conductor desde su asiento—. Por favor, pasajeros, mantengan sus transacciones fuera del vehículo por razones de seguridad.

Me removí sobre mi asiento con una invasiva pesadumbre sobre la cabeza, escuchando cómo este mismo hombre que se había ofrecido a ayudar, se disculpaba por lo bajo. Y el otro, en tanto, continuaba agradeciéndole entre gestos y palabras.

Sabía que en breve el mendigo volvería a pasar por mi lado, y debatiendo vagamente con la misma incomodidad en mi cabeza, saqué mi billetera por inercia y revisé la miserable cantidad de efectivo que traía en manos. Pero sin pensarlo demasiado y obligándome a deshacerme del asunto enseguida para ahorrarme molestias, rocé el brazo del hombre en cuanto pasó por mi lado.

Le ofrecí el dinero sin mirarlo, llevándome un dedo hasta los labios para señalarle que permaneciera en silencio.

—Gracias, ¡gracias! —dijo entre susurros, sonriéndome abiertamente mientras yo me limitaba a continuar con la mirada al frente y sin decir nada.

E incluso cuando este mendigo se bajó del autobús, continuó señalando su agradecimiento con una entusiasta expresión en la cara.

La buena acción del día, ¿a cambio de?, pensé, mientras el autobús se acercaba cada vez más a mi correspondiente paradero para poder descender. Pero antes, me invadió un repentino antojo por zarparme un tabaco, pero sabiendo que estaba a falta de uno, busqué en el interior de mi bolso para averiguar si es que acaso tenía aunque sea algún cigarrillo suelto por allí.

Armony  ⌊ SasuSaku ⌉Where stories live. Discover now