Sasuke, un joven estudiante de Kinesiología, descubre que una de sus compañeras stalkea su Instagram a través de una cuenta secundaria; Sakura, una intrigante chica que padece una monótona ansiedad.
Sasuke decide imitar este gesto y crear un segundo...
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ssk.uchihaa Sakura
Voy en camino a la salida
Sorry por la tardanza
Enseguida, el estómago se me retorció debido al pesado nerviosismo.
Ah, entonces no lo olvidó... pensé, tras haberme librado de esta misma duda que me había estado carcomiendo, y sólo gracias a los recientes mensajes del azabache.
Ya me encontraba de pie en la salida de la universidad desde hacía al menos 20 minutos, observando cómo la multitud de estudiantes se dispersaba lentamente mientras mis manos jugueteaban de manera involuntaria con las correas de mi bolsito de tela. La sensación que me había invadido durante todo el día era una mezcla confusa entre lo reconfortante de saber que tenía más probabilidades de poder librarme de este estrés que Anatomía me había estado provocando, y sólo gracias a Sasuke. Pero también, sentía una tonta vergüenza de saber que era precisamente él quien me ayudaría.
Era como si lo poco que había intentado memorizar para no parecer demasiado ignorante en Anatomía, se me estuviera desvaneciendo de la cabeza. Mi intención era evitar parecer una completa boba para este contenido, y por ello, estuve gran parte de la noche de ayer y el día de hoy comiéndome cada página de mis cuadernos y libros para intentar retener algunos datos e información en mi cabeza. No obstante, mis nervios aumentaron gradualmente con cada segundo desde que desperté, jugándome en contra casi con totalidad.
Hay un viento un poco turbulento desordenando mi cabello, pero como no estoy enterada desde dónde Sasuke haría su aparición, mis ojos no dejan de moverse de un lado a otro consecutivamente; desde las puertas de la universidad, hasta la calle. Lo peor es que cada sonido de pasos que mis oídos captan, provoca que mi corazón lata con más fuerza.
¡Puf! Relájate, ¡por favor!, me pedí a mí misma, recargándome contra la baranda situada a mis espaldas y con un intento de una forzosa calma.
Es demasiado, todo irá bien, decreté.
No pasa nada, Sakura. Es estudiar, ¡y ya está!
Miré mis manos.
Hoy procuré humectarlas bien para evitar que lucieran secas, y me pinté las uñas de un verde crema que hacía muchísimos meses no utilizaba.
No está mal...
Tomé algo de aire, intentando buscar esa tranquilidad, pero al cabo de unos segundos, sentí una mano tocar mi hombro por el costado.
Me voltee instantáneamente con la clara idea de encontrarme con Sasuke, pero mi corazón se detuvo en un pestañeo cuando descubrí que, quien se hallaba a mi lado y mirándome fijamente, con ese rostro tan, tan cerca del mío como nunca antes en casi dos años, era Hayate.
