love me right | esteban x francisco.

capítulo treinta y dos: safe & sound pt.1

Apenas tocan la clínica, Fran corre a los brazos de su hermana mayor, quien lo espera con sus brazos abiertos pero temblorosos. A su lado está Leandro, quien sostiene a la pequeña Sofía, quien llora angustiada en los hombros de su padre. No hay rastros de Mia y es Esteban quien supone que debe estarse preparando para alguna cirugía.

— ¡Esteban! —, Felipe y Enzo se acercan corriendo hacia ellos. Esteban le hace una seña para que bajen un poco el tono y los empuja para que se alejen un poco de la familia Romero, así puede darles su espacio. — Acaban de llegar las ambulancias con los padres de Fran. Al parecer la madre solo tiene fracturas, es el padre el que viene grave, según lo que me dijeron tuvo un traumatismo craneoencefálico grave.

Esteban suelta un suspiro pesado, intentando botar un poco de la tensión que lleva en el cuerpo. Voltea a mirar a Francisco, quien sigue sollozando en los brazos de Beatriz.

— Voy a entrar a la cirugía —, responde sin quitar su vista de Fran.

— Esteban, no —, le advierte Enzo. — Tienes que quedarte a ayudar a Fran...

Esteban tiene sus emociones a flote, y esa simple orden de Enzo hace que se moleste y frustre aún más.

— ¿En serio crees que voy a ayudar estando sentado y abrazándolo hasta que se canse de llorar? Soy neurocirujano, Enzo. Ustedes viven diciéndome que soy el mejor de mi área y el más indicado para estos casos —, Enzo y Felipe se limitan a mirarlo, los dos saben que esta es la manera en la que Esteban puede expresarse sin estallar y hacer algo estúpido. — Necesito estar en ese quirófano. No me podría si no entro y le pasa algo al papá de Fran.

— Esteban...

— Enzo, déjalo que vaya —, Felipe interrumpe el sermón de Enzo, y el recién nombrado voltea a verlo confundido, pero le basta solo una mirada de Felipe para entender que la mejor opción es dejar que Esteban vaya. — Anda tranquilo, Esteban.

Esteban solo les dedica una última mirada que sus amigos entienden lo que significa: gracias. Enzo y Felipe le sonríen de manera reconfortante y Esteban sale corriendo a la sala de cirugías, pasando desapercibido por Fran.

Cuando llega al quirófano no tarda más de un minuto en ponerse en su uniforme, está entrenado para vestirse lo más rápido posible en estos casos. Las enfermeras lo ayudan con su mascarilla y demás
utilería, Esteban les agradece con un asentimiento de cabeza y entra al quirófano, encontrándose con el doctor Jiménez y Mia dentro.

— Doctor Esteban, no esperaba...

— No es momento para este tipo de conversaciones, doctor. ¿Cual es el diagnóstico? —, Esteban interrumpe al doctor Jiménez, quien de inmediato comienza a dar el diagnóstico. — Bueno, ya sabemos qué hay que hacer: tenemos que aliviar la presión intercraneal antes de que sea tarde. Necesito que el equipo esté al cien por ciento en esta cirugía, cualquier equivocación puede llevarnos al peor resultado. ¿Entendido?

Todo el equipo presente asiente levemente con la cabeza y con solo una seña de Esteban se ponen en posición para empezar con la cirugía, con Esteban y el doctor Jiménez a la cabeza.

Uno de los arsenales cae al piso y Esteban tiene que levantar su cabeza para ver quien cometió el error. El enojo se esfuma al momento de que se da cuenta de que Mia es la culpable de la caída del objeto. Su vista se fija en los ojos de la joven, los cuales no solo reflejan miedo, sino que también están rojos, dejando en evidencia que la interna está llorando.

— Yo...

— Doctora Romero, le voy a pedir por favor que se retire de mi quirófano. Ya expliqué que necesito que estén al cien por ciento. Esta es una operación importante.