CAP 5: La nueva realidad

457 36 27
                                    

A la mañana siguiente, Lando habló con Zak por teléfono, fue mi forma de asegurarme que él cumpliría su parte del trato; ahora era mi turno. Al llegar al circuito, entramos al paddock agarrados de la mano. Y aunque una horrible sensación que no pude descifrar me atormentaba; al ver a Lando a mi lado, con el sol detrás de él, definiendo su perfil, tuve la esperanza de que nuestra relación tuviera reparación; que después de lo que habíamos acordado, las peleas se terminaran, que fuera de nuevo el chico dulce y risueño que era sonriente y seductor todo el tiempo, al que le encantaba pasar tiempo conmigo, donde fuera excepto si era comer sushi. En serio lo esperaba; esperaba que todo fuera como antes.

Apreté la mano de Lando inconscientemente cuando pasamos a lado de Pato, quién parecía hablar con un reportero; y como si se trata de una cámara lenta, sentí que el tiempo comenzó a ir más despacio; la mirada de O'Ward conectó fugazmente con la mía, hasta que se desvió a mi mano entrelazada con la de Lando, y luego regresó a mí. Pero yo rompí contacto visual, y miré al frente, mientras caminábamos hacia el motorhome; respiré con fuerza, preparándome para interpretar mi papel, para cumplir mi promesa, para alejarme para siempre de Patricio O'ward.

~~~~~~~

Era la tarde, a tan solo un par de horas para que comenzará la carrera; cuando me quedé sola, lo cual había intentando evitar todo el día, siguiendo a Lando a todas partes; para no encontrarme a Pato. Y aunque al inicio funcionó, inevitablemente lo ví; lo veía cada vez que Lando iba al garaje o al motorhome, o aún peor, cuando los fotógrafos les pidieron que posaran juntos. Fue imposible no notarlo, lo único que podía hacer era evadir su mirada, la cual sentía cada maldito segundo que compartíamos espacio; pero yo me negué a verlo.

Y ahora aquí estaba, esperando fuera de la sala de juntas de McLaren, mientras ellos revisaban la estrategia de carrera. Aproveché esa hora para seguir estudiando, me concentré tanto en lo que leía que apenas noté cuando todos comenzaron a salir; hasta que Lando lo hizo y yo me levanté de inmediato, pero me hizo señas de que me quedara ahí, así que me senté de nuevo; lo perdí de vista cuando caminó por uno de los pasillos, así que regresé mi mirada al libro.

¿Sigues estudiando? - su voz era suave, y sin poder evitarlo mis manos comenzaron a temblar, tragué saliva

Si - contesté sin mirarlo a la cara, cambiando de página, manteniendo la vista en el texto que ahora sólo parecía un montón de garabatos.

Oye... sobre lo que pasó ayer, perdón si te incomodé - no respondí, no pude - Yo... no debí hablarte así, tampoco debí pedirte explicaciones; al final del día tú y yo no somos nada.

De acuerdo - me limité a responder, aun cuando por dentro sentía un tsunami de emociones. Hubo un corto silencio.

¿Eso es todo? - preguntó

Si no te importa, estoy ocupada - respondí con la esperanza de que se fuera, no quería que Lando nos viera hablando. Él suspiró.

Bien - y con eso se marchó; Lando no tardó mucho en aparecer, por suerte ya había logrado calmar los nervios que me habían invadido cuando Pato se acercó.

Juntos caminamos hasta el garaje, donde todos comenzaban a alistarse para la carrera. Cuando todos los monoplazas comenzaron a salir a la pista, me puse los audífonos que me habían dado y fijé mi vista en la pantalla, lista para el comienzo de la carrera. Cuando las luces rojas comenzaron a encenderse, mis manos empezaron a sudar, mi corazón latía más rápido, los nervios no me permitían pensar con claridad; y luego todas las luces se apagaron y los carros arrancaron. Durante las primeras siete vueltas, Lando había logrado subir posiciones, pasando de P7 a P5; ahora solo un monoplaza separaba a ambos McLaren, y era el Mercedes de Rusell, el cual había intentado rebasar a Pato desde el comienzo de la carrera, pero él había logrado defender su posición. Para la vuelta 23, Lando logró rebasar a George, pero la distancia con Pato ya era de más de cinco segundos. En cada vuelta, la brecha entre ambos disminuía, aumentando con eso mi miedo de que sucediera lo mismo que en Bahréin. Entrelacé mis manos nerviosa, era la vuelta 37 y Lando ya se hallaba a medio segundo de Pato.

Traitor ~ Pato O'Ward ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora