Me resigné a que no iba a lograr dormir, así que me levanté a las seis de la mañana a darme una ducha; después de arreglarme, tomé mi celular y de inmediato me di cuenta que estaba a punto de estallar de notificaciones; entre ellas tenía una llamada pérdida de Pato y luego un mensaje "Por favor, no entres a ningún a red social". Tomé un suspiro, intentando calmarme, el mensaje no sonaba alentador, de hecho, me asustaba pensar a lo que se refería, pero también había picado mi curiosidad. Entré a Instagram para resolver el misterio; tenía miles de solicitudes de mensajes, y publicaciones en las que me habían etiquetado, no me sorprendió leer que en la mayoría solo me insultaban, pero quería entender por qué lo hacían. Hasta que por fin lo comprendí con una imagen de un tweet, era de Lando y decía "Quiero confirmar que mi relación con Megan terminó. En cuánto a la foto que se filtró antes, quiero decir que no estoy orgulloso, y no intento justificarme; pero prometo que hay una serie de razones detrás de ese beso y Megan las conoce perfectamente." ¿Esto era en serio? había sido sútil pero había insinuado algo claramente y aquello había sido suficiente para que todas sus fans me hubieran saltado a la yugular y empezaran a formular diferentes teorías sobre lo que sucedió, y en todas yo era la culpable.
Bloqueé mi pantalla y aventé el celular en mi cama. Mierdaaa, ¿cómo iba a poner un pie en el circuito ahora? Lo peor es que aún faltaba la carrera al día siguiente, este fin de semana parecía un eterno infierno. Me senté sobre la cama indecisa, siendo sincera tenía miedo de salir, pero la idea de quedarme me resultaba peor, era como confirmar todo lo que decían sobre mí; hiciera lo que hiciera les daría más de que hablar. Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
¿Si? - pregunté antes de abrir la puerta.
Soy yo - reconocí su voz de inmediato, pero me abstuve de abrir la puerta, sabía que no lograría ocultar lo que sentía si él me veía.
¿Qué pasa, Pato? - puse mi mano sobre la madera que nos separaba.
Solo quería verte - sonreí un poco - Meg... ¿estás bien?
Creo que sabes la respuesta - bajé la voz y acerqué más mi cuerpo a la puerta.
Por favor abre la puerta - lo medité por un momento.
No creo que sea buena idea.
¿Por qué? - preguntó con sinceridad y hubo un momento de silencio.
Pato... no quiero alejarte - solté el aire que había retenido sin darme cuenta - pero no creo que sea buena idea que nos vean juntos ahora - una lágrima bajó por mi mejilla; estaba asustada, asustada de empeorar la situación, de que Lando hiciera público lo que Pato y yo habíamos tenido; no quería arrastrar a O'Ward al embrollo en el que yo estaba ahora, y siendo sincera tampoco quería hundirme a mí misma más en la opinión pública.
Nadie verá si te doy un abrazo ahora - suspiré, no respondí - Megan, intentaríamos ser amigos, ¿cierto? - tragué grueso y cerré los ojos, intentando ahogar mis ganas de llorar - Déjame ser tu amigo ahora - susurró a través de la puerta; pero no abrí, al menos no de inmediato, tomar valor para hacerlo me tomó el tiempo suficiente para que él ya hubiera caminado por el pasillo.
Pato - alcé la voz para que me escuchara, se dio la vuelta y me miró por un segundo hasta que trotó hasta mí y me abrazó, sin poder evitarlo, lloré en sus brazos. Él caminó, conmigo de espaldas hasta adentrarnos lo suficiente en la habitación para cerrar la puerta.
Estoy aquí - besó mi cabeza, mientras me abrazaba con fuerza como si aquello evitara que me desmoronara.
Se sentó sobre la cama, sentándome en su regazo, mi cabeza hundiéndose en su cuello, una de sus manos sosteniendo mi espalda, mientras con la otra subía mis piernas a la cama, y después la dejaba descansar arriba de mi rodilla, donde dibujaba círculos con su dedo. Rodeé su cuello con mis brazos, su aroma inundándome. Tomé aire, intentando tranquilizarme, logrando parar el llanto. Me alejé ligeramente, mirándolo con una duda que asaltó mi cabeza de pronto.
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Traitor ~ Pato O'Ward ~
Romance"Todos somos villanos en historias ajenas. Desearía no haber herido a las personas que amo, tanto como desearía que no me hubieran lastimado también. Ojalá pudiera olvidarte, excusándome con que fuiste tú quien me lastimó, pero no es tan sencillo...