Mis labios se abrieron con anticipación, pero el tono de llamada de mi celular me hizo apartar mi cabeza; saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón, sintiendo culpa en cuánto vi el nombre.
Hola, Lando - dije intentando sonar casual. Pato cambió su expresión y dio unos pasos atrás; mirando hacia un lado.
¿Dónde estás? - preguntó de inmediato
Fui a dar una vuelta
Bueno, iré a comer con Zak, ¿vienes? - fruncí el ceño, ese no era el plan que teníamos
¿Qué hay con la cita en el planetario? - Pato hizo una mueca de molestia; tras lo que se dio media vuelta y se mantuvo de espaldas.
Megan, estoy cansado - soltó irritado.
Llevo esperándote tres horas, dijiste que sería rápido.
Bueno si tanto quieres ir, ve sola - Lando colgó el teléfono; me quedé pasmada por un minuto. Lo único que quería ahora, era irme a casa y hundirme en mi cama. Me puse de pie de nuevo, por suerte esta vez no dolió tanto como el primer intento; con cuidado deslicé mi pie por el tenis. Caminé cojeando hasta pasar al lado de Pato.
Debo irme - Pato no volteó a verme - Gracias por la ayuda - comencé a caminar hasta la salida, hasta que su voz me detuvo.
¿Te vas con él? - Aún cuando podía alcanzarlo; no estaba segura de querer estar con Lando ahora; siendo sincera no estaba segura de nada. Así que miré a Pato, sin saber que responder - ¿Por qué regresaste con él? - me preguntó frunciendo el ceño, y negando con la cabeza, de brazos cruzados, confundido.
Eso es asunto mío, ¿no crees? - respondí, evadiendo la pregunta más porque no sabía la respuesta que porque no quisiera decírsela. Él chasqueó la lengua molesto, respiró con pesadez, pasando su mano por su cara.
Tienes razón - relamió sus labios - Ya no me interpondré si es lo que quieres - me miró expectante - ¿Es lo que quieres, Megan? ¿Quieres que me alejé? - mi primer impulso fue decirle que no, pero mordí mi lengua conteniéndome.
Si, eso... es lo que quiero - solté con voz baja
Bien - Pato suspiró y salió de la sala; y yo me quedé ahí, sola.
Me recargué en el barandal tras de mí, y las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas sin mi consentimiento. Llevaba semanas con un caos mental que no me dejaba tranquila, que apenas me dejaba respirar. Y es que estaba aterrada, aterrada de lo que sentía, de lo que hacía, de lo que creía... de todo. Sentía que en el último mes no había hecho otra cosa más que equivocarme; me desesperaba no poder definir esa sensación que experimentaba cuando tenía a Pato cerca. Por más comodidad o química que pudiera sentir con él; Pato y yo ni siquiera nos conocíamos uno al otro, no lo suficiente para decir que por lo menos éramos amigos. En cambio, Lando era la persona que mejor me conocía después de Elle. Yo no era una persona con muchos vínculos cercanos; a mis padres los veía una vez al año solo para las fiestas navideñas, y era una plática tan vacía que dolía; ellos podían darme todo lo que les pidiera, excepto su tiempo y atención; eso me hizo alejarme cada vez más, aunque creo que ellos estaban demasiado ocupados para percatarse. En cuánto a Elle, era mi única amiga; y aunque una plática con ella me vendría bien ahora, se había ido a un retiro de un mes al desierto. Elle era así, un alma libre, podías verla diario durante una semana y luego podía irse a Perú o Egipto a su próxima aventura; y yo estaba demasiado enfocada en la universidad para permitirme eso. Y luego estaba Lando, íbamos a cumplir tres meses; si omitimos la noche que terminamos, la noche que conocí a Pato... Últimamente, mis pensamientos siempre llegaban a él.
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La semana había permitido que mi tobillo sanara; ya podía caminar con normalidad cuando tuve que tomar un vuelo a Australia, para el siguiente gran premio. Esta vez mis pendientes no me dejaron viajar hasta el domingo, antes de la carrera; aquello había molestado a Lando, pero me perdonó después de que le prometiera que tras graduarme, iría con él a donde quisiera. Después de todo, el gran premio de China sería el último al que iría como universitaria, de ahí en adelante podría estar con él permanentemente. Había visto la clasificación de Australia en mi celular, mientras terminaba un trabajo en equipo en la universidad; Lando quedó en P5 y Pato en P4, que uno estuviera detrás del otro me ponía los nervios de punta.
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Traitor ~ Pato O'Ward ~
Romance"Todos somos villanos en historias ajenas. Desearía no haber herido a las personas que amo, tanto como desearía que no me hubieran lastimado también. Ojalá pudiera olvidarte, excusándome con que fuiste tú quien me lastimó, pero no es tan sencillo...