Arreglo de matrimonio.

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Pete llevaba una semana completa enterrado en trabajo, los diseños debían estar terminados antes del verano, todo el equipo estaba agotado y faltaba mes y medio para el lanzamiento, el hecho de que Tem tuviera a su hijo durante una semana le había aliviado algo de carga, pero extrañaba al pequeño Phayu, quería verlo y abrazarlo, decirle que todo estaba bien.

Él divorcio es algo que a nadie tomó por sorpresa, solo su hijo preguntó - ¿Qué es eso? - cuando le explicaron que ahora viviría en dos casas separadas una semana con papá y la otra semana con mamá, dijo que se alegraba porque eso significaba que haría las fiestas y regalos dos veces, el pequeño demonio sabía como tener a ambos padres colgando del dedo meñique y lo adoraban por eso.

Este era su día libre, lo había tomado porque Phayu volvería a casa, pero un arreglo de última hora lo trajo de vuelta a la oficina así que Porsche se ofreció para ir a traer al niño, llegarían en cualquier momento.

- ¡Hola a todos! - Si, ahí estaban haciendo su gran entrada, ambos sonrientes y llenos de energía.

- ¡Mami! - El pequeño corrió a sus brazos y Pete dejó lo que estaba haciendo para cargar a su bebé en un apretado abrazo. - Te extrañé tanto. - Phayu enterró su carita preciosa en el cuello de Pete y aspiró el olor de su madre, un habito que tenía desde bebé.

- Yo también te extrañé mucho. - Pete sonrió y besó a su hijo, luego le hizo cosquillas en la pancita provocando risas de su hijo.

- P'Po prometió que nos llevarías a comer helado ¿podemos mamá? ¿siiiiii?... - Al parecer Porsche había influenicado a su hijo y de alguna manera este niño es igualito a él.

- Hoy tengo mucho trabajo hijo. - a Pete le rompía el corazón no poder pasar un día libre con su hijo, pero los arreglos a sus diseños se debían enviar hoy o no saldrían a tiempo para la prueba de vestuario la otra semana.

Phayu cruzó sus bracitos e hizo un puchero lindo como los que hace Porsche cuando quiere algo. Al parecer Pete ahora criaba a dos niños porque al fondo Porsche le hacía un berrinche a una de las asistentes de vestuario. - Esta bien, dejame terminar aqui e iremos dentro de un rato. - dijo Pete a su hijo y poniéndolo en el suelo su hijo corrió hacia su amigo.

- Siiiii P'Po mamá dijo que si. - gritaba alegremente el niño saltando en los brazos de Porsche.

- Te dije que diría que si, si hacías una carita tierna. - Pete sacudió la cabeza, su amigo estaba malcriando a su hijo.

En el centro comercial Pete caminaba detras del par de niños que compartían la misma edad mental, ambos iban de la mano y comían cada uno un helado de vainilla y pistacho. Eran una linda imagen, sin mencionar que faltaba su otro amigo que era aún más extravagante que Porsche, pero en este momento estaba de gira por Estados Unidos, entre ambos modelos hacían de su bebe el niño mas consentido del planeta, lo cual les agradecía porque de no ser por ellos, no habría podido con su negocio y su hijo al mismo tiempo.

Iba tan perdido en sus pensamientos que no supo en que momento los dos niños entraron a la sala de juegos. - Pete estaremos aqui un rato. - dijo Porsche sacándolo de sus pensamientos.

- Bien, ire a sentarme al area de comida. - Desde esa área semiprivada se podía ver a los niños jugar, este era el lugar habitual de su hijo cada vez que venían aqui.

Pete pidió un cafe con leche y disfrutaba una crepa cuando sus pensamientos se desviaron a la noche de hace una semana, había disfrutado tanto del aroma de ese alfa que cada célula de su cuerpo se activó al solo su recuerdo, el olor y el sabor de esos labios firmes, el toque de aquellas manos y el roce de su cuerpo con el suyo le despertaba los mas bajos deseos, "Pete estas en un lugar público controlate" pensó para si mismo dándose una palmadita en la mejilla que ardía del calor que le probocaban los recuerdos.

RecuérdameTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang