Nova [En proceso]

Choque.

Nada podía ser más incómodo que la situación en la que estábamos, aparentando ser personas que no somos, que no nos conocemos, y que esto es estrictamente una visita para estipular negocios futuros asumiendo que no había riesgo.

No podía respirar bien, no podía moverme, ni siquiera sonreía cuando Bogdan lo hacía a duras penas por los comentarios que aparentemente hacia Sokolov sin sentido, sin embargo, él sonreía con la mayor gracia, y Faddei nos observaba serio sin esforzarse por fingir que le agradábamos más de lo necesario.

Sobre la mesa yacían papeles, páginas ordenadas con infografías de un proyecto que el anfitrión había sacado de su imaginación. Mi padre observaba a detalle los trazos del plan mientras Faddei hacia lo mismo con él de una forma calculadora. Renzo a mi lado, escuchaba con atención la conversación pero no se molestaba en traducirme nada, tampoco se movía, ni siquiera parpadeaba, estaba tan alerta como yo.

Tenían un gran talento para aparentar.

¿Acaso son actores?

De pronto, unos golpes en la puerta me sobresaltaron. Un joven entró informando algo desconocido para mí y Sokolov se retiró de la habitación bien amoblada con un gesto de disculpa. En cuanto el hombre cerró la puerta tras él dejándonos en el peor de los silencios, busqué la mirada de mi hermano, y entonces me percaté de que estaba concentrado observando los movimientos de Faddei, quien a su vez, le respondía con la misma intensidad como si fuese un duelo telepático del que ni yo, ni Bogdan, eramos participes.

—Nova —la voz de este último me sacó de mis pensamientos—. Ven aquí, mira esto.

Me acerqué segura hasta el costado de mi padre para detallar los planos que él estaba estudiando.

Era una estructura enorme, sin duda sería una gran inversión.

Se trataba de otro hotel, una especie de "sucursal" en Italia, en Roma, y claro que para el lugar se veía bastante bien diseñado. Había una estrategia de arquitectura en la cual querían resaltar la estructura basada en el barroco y decorado con un toque elegante pero gótico para 'conservar' la imagen de la preciada ciudad. Querían inspirarse en las obras más majestuosas allí, para darle la magnitud que querían. Sería una atracción turística si lo usaban a su favor.

Estaba hipnotizada calculando el gasto, el tiempo, los riesgos y, claro, las consecuencias de asociarnos con nuestro peor enemigo, cuando de la nada, Faddei se puso en pie y Renzo no tardó en avanzar amenazante hasta que Bogdan lo detuvo.

—Tus hijos  están muy a la defensiva —soltó con burla.

El ápice amargo que dejaba en nosotros no pasaba desapercibido. Él solo espera el momento indicado para atacar, y sabía como provocarnos para que fueramos nosotros quienes dieran el primer golpe.

—¿Acaso eres un perro, muchacho? —inquirió con sorna refiriéndose a la posición de Renzo. Él estaba frente a nosotros, como un escudo, protegiéndonos o alejándonos de Faddei—. Deberías ponerle una correa, Bogdan.