Capítulo 54 : Llorar por ti

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"¿No puedes hacer nada normalmente?" Se queja Chuuya mientras se sientan en la playa abrazando sus rodillas. Sus zapatos han sido abandonados, al igual que su chaqueta, quedando muy pocas capas. La mitad inferior de su camisa está empapada y salpicada, arruinando su blanco.

"¡No!" Exclama Dazai, y se inclina hacia Chuuya, apoyando su cabeza en el hombro del otro. Los dedos de Chuuya revolotean hacia la cabeza de Dazai y los apoyan encima. El fuego de su cuerpo se había reducido a una especie de vibración constante del agua, pero a Dazai no le importa. Estornuda y murmura: "Estás caliente, Chuuya".

“Hemos estado corriendo contra corriente, obviamente estamos calientes. Y tus vendajes están mojados y fríos y absorbiendo el resto del calor de tu cuerpo”. Pone los ojos en blanco; al menos, eso es lo que Dazai cree que sucede. No puede ver el rostro de Chuuya desde el lugar en su hombro. “El vendaje que te rodeaba el ojo ya no está”, añade, como si se le ocurriera algo en el último momento.

"Me estoy congelando", afirma Dazai abruptamente. Sus manos se sienten como hielo, pinchazos y dolores recorriéndolas.

"Siempre tienes frío, Dazai".

"Irrelevante", argumenta infantilmente, luego se anima: "¿Tienes mi pistola de dardos?"

Chuuya se lo entrega sin decir palabra desde la bolsa que ha estado cargando. Es un modelo negro simple, más pequeño y liviano que una pistola con la marca Port Mafia. Es difícil creer que su vida ya no gira en torno a esa organización. Dazai piensa que la línea de pensamiento de Chuuya es similar, porque su mano sin guantes traza el logo brevemente antes de retraerlo.

A ninguno de los dos se les escapa lo absolutamente absurdo de la situación.

“¿Se ha preguntado quién ocupará su puesto ejecutivo?” Chuuya se aventura. La marea llega a la orilla a sólo unos metros de su lugar en un patrón rítmico.

"Confío en que seas tú", responde Dazai como si fuera la cosa más obvia del mundo. Para él, lo es.

"Oh, claro", dice tontamente, la sorpresa coloreando su voz. Se aclara la garganta un segundo después y Dazai observa cómo su manzana de Adán se balancea. “Pero estás equivocado. Aún no me han ascendido”.

Dazai se encoge de hombros. “Pero lo serás. De todos modos, no sé por qué querrías estar con Mori más tiempo del necesario.

"Estaría encantado de saber que tu odio por él no se ha suavizado", dice Chuuya secamente.

Ha pasado más de un mes desde que estuvo sin la dirección de Mori. Años de estar atado y finalmente es libre, pero la libertad tiene un sabor amargo en su lengua y ha perdido el lugar al que alguna vez podría haber pertenecido.

"Eugh", escupe Dazai. " Me encantaría que nunca volviera a pensar en mí".

"Tal vez si no fueras tan raro la gente se olvidaría de ti".

"A Chuuya le gusta mi rareza", argumenta Dazai con una sonrisa con dientes.

Chuuya resopla y echa la cabeza hacia atrás. Dazai observa su cabello ondear con la brisa y alcanzar el borde de la luna. Las estrellas son como un halo en la punta de su cabeza. El desconcertante graznido de un cuervo llena el silencio de la noche.

“¿Sabes quién es jodidamente raro? Mi aprendiz”, declara Chuuya alegremente. "No puedo hablar de él con nadie más en Port Mafia; los asusta demasiado".

"Mmm…." Dazai mira hacia otro lado.

Chuuya con aprendiz! ¿No estuvieron ambos bajo el cuidado de Kouyou y Mori hasta hace poco? Tonteando con deberes mafiosos y destruyendo lo que había que destruir. Cuando estaban juntos, les lanzaban insultos y rasguños. Se trataba de ver quién podía hundir más el diente. Un aprendiz ?

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⏰ Last updated: Apr 08 ⏰

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