En lo oscuro - [APPLERADIO]

VI

<<LUCIFER>>

Llego a mi oficina, más que enfadado. Estoy furioso, me atrevo a decir.

Con el mismo coraje, envuelvo el vestido morado que recogí del bosque y lo aviento al suelo.

¿Cómo pude no haberlo notado? Me han estado confundiendo. Seguro Lilith se aprovecha de la esencia que tiene su ciervo para dejar pistas esparcidas por todos lados.

Soy tan idiota por tardar tanto en notarlo.

¿O será algo más? ¿Qué tal si el ciervo también busca a Lilith? ¿o tal vez a su compañero?

¡Agh! ¡No lo sé! ¡Me lleva el carajo!

Me acerco a mi escritorio, el cual está casi vacío, y golpeo fuertemente su superficie.

—¡Mierda!

Apoyo mis codos sobre el escritorio, bajo la cabeza y comienzo a jalar mi cabello con desespero, el cual, no tarda en dejar caer varios mechones.

Me duele demasiado la cabeza, y solo el dolor que me causa jalarme el cabello es el que me distrae de eso.

Mi respiración está demasiado agitada.

Ya estoy harto. Harto de la vida, de Lilith, de las pistas sin sentido que seguramente ella misma plantea.

Las manos rápidamente comienzan a temblarme cuando me suelto el cabello. Me tiemblan tanto que es preocupante verlas. Entre los dedos están envueltos mis mechones de cabello.

Las lágrimas no tardan en hacerse presentes.

Esta es ya casi una rutina, y estoy harto de ella.

Todo lo que hago es para que mi bebé esté a salvo. Es por lo único que lo sigo haciendo. Ella es la única cosa por la que mi existencia todavía tiene sentido.
Aunque, tampoco es que ella parezca necesitarme. Es decir, ya es una adulta, ya casi no hablamos, he incluso el día de hoy va a ir a una reunión con el cielo en mi lugar.

Alto. ¡Alto! ¡Alto! ¡Espera, Lucifer!
¡La reunión de tu hija es hoy! ¡Deja de lloriquear, tienes que supervisar que el hijo de puta de Adán no la lastime!

Hablando del hijo de puta de Adán. ¿Para qué quería hablar conmigo tan pronto? No creo que verme la cara sea su actividad favorita, lo dudo mucho.

¿Por qué?

¡Deja de hacerte el idiota y vigila al pendejo! Tu hija podría estar en peligro y tú aquí cuestionando cosas que no puedes saber.

No, bueno, si puedo, pero no quiero volver a sobre pensar. Ese momento del día está reservado para antes de dormir.

¡Concéntrate, carajo!

Con un par de movimientos de mis manos, creo una pequeña esfera que muestra a mi hija corriendo y cantando por todo el infierno.