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76. El tal vez no existe

–¿Vio?.-la pelirroja salió de la abrumadora sensación que comenzaba a formarse dentro de ella luego de leer los mensajes de su mejor amiga.

–Lo siento, ¿qué decías?.-Chiara la observaba como si fuera incapaz de volver a repetirlo. Se atrevió a hacer contacto visual sin poder evitar formar un escenario donde la ojiverde finalmente decidía formar una relación con Ruslana. Bajo la mirada a su celular leyendo el último mensaje de Denna, se debatía internamente si responder o simplemente fingir que nunca los había visto. Sabía que tenía razón, sabía que ya no estaba compitiendo, sino que ahora se entrometía en una posibilidad cercana del Chiara y Ruslana juntas, y que eso la estaba lastimando.

–Que lo mejor sería omitir la parte del beso.-contestó con timidez y cuando Violeta volvió a levantar la mirada se la encontró de espaldas ajustando el volumen de la bocina. Apagó su celular y lo dejó a su lado antes de ponerse de pie y caminar lentamente hacia ella.

–¿Por qué el arrepentimiento?.-preguntó casi en un susurro y Chiara se sobresalto al sentir su cercanía y rápidamente se dio la vuelta hasta quedar cara a cara.

–Yo...-quería decírselo, quería decirle lo que estaba sintiendo, lo que estaba pensando y lo que también había imaginado, pero por alguna razón las palabras simplemente no salían de su boca, y la cercanía de Violeta sumado a la intensidad en su mirada lo volvían todo mas complicado.

–Tú...-intento ayudar la pelirroja y cuando tomo un mechón de su cabello para esconderlo detrás de su oreja comenzó a sentir el ambiente cargado de tensión e inevitablemente se escudo dándole nuevamente la espalda.

–No importa, ¿ya estas lista?.-Violeta se esperaba de todo menos ese comportamiento tan seco y evasivo. Se dio la vuelta resignada sintiéndose vencida por sus pensamientos negativos y la presión en su pecho que continuamente le recordaba que veía cosas donde no había absolutamente nada.

–Sí.-respondió en un suspiro tomando uno de los micrófonos antes de colocarse en medio del salón en espera de Chiara.
Luego de unos segundos que le parecieron eternos a Violeta, levantó la mirada y notó que la chica no se había movido de su lugar.–¿Chiara?

–Martin me dijo que esto solo lastimaría a Ruslana. Y yo... no lo había visto de esa manera.

–Kiki, yo...-realmente no sabía que decir, no se esperaba la confesión pero la ojiverde no tenía intenciones de guardar silencio.

–¿Por qué siempre me dice estas cosas cuando se trata de ti?.-volvió a darse la vuelta pero no la miraba a los ojos, era como si solo fuera su subconsciente hablando.–¿Por qué siento que si hubiera hecho esto con Naiara no me hubiera dicho lo mismo?.-Violeta comenzó a ponerse nerviosa, sentía la mente de Chiara dando mil vueltas por segundo y temía que finalmente diera con una respuesta.

–No lo sé, tal vez no me tiene la misma confianza, ¿podemos empezar?.-Chiara la escuchó atentamente para luego tomar su micrófono y acercarse hasta quedar frente a la pelirroja a tan solo unos centímetros de distancia.–Olvidaste darle play a la bocina.-se burlo Violeta con una sonrisa, y al ver como su compañera no se movía pensó que tendría que ir a hacerlo ella.

–¿Por qué?.-la detuvo tomándola del brazo y regresándola a su posición original.

–¿Te refieres a...

–¿Es lo que creo que es?.-la interrumpió con una idea atravesada que había iluminado su rostro como si finalmente diera con una respuesta.

–Yo no...-Violeta no sabía para donde huir y el brazo que aun se encontraba sujetándola le estaba quemando la piel. No supo descifrar la mirada de Chiara, no sabía si estaba incómoda, feliz o decepcionada por su nuevo descubrimiento que ella supuso era el correcto. Su corazón comenzó a latir con fuerza cuando las palabras se quedaron estancadas en su garganta.